Se
cumplen 40 años de la primera novela de Isabel Allende, “La casa de los espíritus”. Con esta última “Violeta” nos encontramos con la Isabel Allende de los primeros
tiempos.
SINOPSIS: Violeta viene al mundo un
tormentoso día de 1920, siendo la primera niña de una familia de cinco
bulliciosos hermanos. Desde el principio su vida estará marcada por
acontecimientos extraordinarios, pues todavía se sienten las ondas expansivas
de la Gran Guerra cuando la gripe española llega a las orillas de su país
sudamericano natal, casi en el momento exacto de su nacimiento.
Gracias
a la clarividencia del padre, la familia saldrá indemne de esta crisis para
darse de bruces con una nueva, cuando la Gran Depresión altera la elegante vida
urbana que Violeta ha conocido hasta ahora. Su familia lo perderá todo y se
verá obligada a retirarse a una región salvaje y remota del país. Allí Violeta
alcanzará la mayoría de edad y tendrá su primer pretendiente...
En
una carta dirigida a una persona a la que ama por encima de todas las demás,
Violeta rememora devastadores desengaños amorosos y romances apasionados,
momentos de pobreza y también de prosperidad, pérdidas terribles e inmensas
alegrías. Moldearán su vida algunos de los grandes sucesos de la historia: la
lucha por los derechos de la mujer, el auge y caída de tiranos y, en última
instancia, no una, sino dos pandemias.
Escrita
como una carta dirigida a la persona a quien más ama del mundo, la novela
recorre momentos personales devastadores para la protagonista, pero a la vez,
también deliciosos y siempre interesantes. Su vida se irá moldeando desgastada
por acontecimientos como la dictadura y enriquecida por episodios como los
protagonizados por las mujeres batallando por sus derechos.
El
plano principal lo ocupa ahora una novela argumental, ambiciosa en el empeño
por abarcar desde 1920, año de la llamada “gripe española” hasta la Pandemia
2020. Violeta es la voz que encadena vivencias y experiencias que, con más o
menos intensidad, impactan en su existencia: la muerte de su padre durante el
crac del 29, la Segunda Guerra Mundial y los huidos a Latinoamérica, la
conferencia de la Habana y los años dorados de la mafia en Cuba durante la
dictadura de Batista, el apogeo de las drogas, la lucha del movimientos
feminista en pro de los derechos de la mujer y la promulgación del sufragio
universal femenino, las dictaduras de los años setenta aludidas a Chile y Argentina,
los vuelos de la muerte y entre otros, la operación Condor. Desgarra sus
recuerdos.
Con
otra perspectiva, desde su punto de vista, le permite explorar su vida, su
educación sentimental, la historia familiar, sirven de cobijo a temas de mayor
calado como el maltrato. Allende afila delicadamente su pluma para denunciar
vicios, defectos y terribles episodios de un pasado que en ocasiones funciona
como espejo del presente.
Isabel
Allende para mí siempre es volver a una zona de confort. Con un estilo único,
que desafía las convenciones de espacio
y tiempo, de ficción y realidad, como recomienda la fórmula magistral del
realismo mágico.
Justo
señalar que a su favor juega sus tres mejores bazas narrativas: una gran
capacidad de fabulación, la fortaleza de las mujeres que sostienen la
estructura argumental de sus historias, y la intención de preservar del olvido
la lucha contra las lesiones derivadas de la historia del S. XX.
Ambientación,
personajes, tono… todo está combinado. Ambientada sobre todo en la Patagonia
chilena, desfilará con momentos en Argentina, Miami y Noruega, la novela aborda
una amplia temática, desde el feminismo y los abusos verbales, las violaciones
de derechos humanos y la homosexualidad, hasta las pasiones amorosas, pasando
como no por la infidelidad e incluso el calentamiento global.
Contado
con su estilo clásico, tradicional, tan difícil, de manera tan magistral como
sólo ella sabe hacerlo. Ahí radica la grandeza de la escritora. La experiencia
de la autora la dota de una sabiduría que le permite saber cómo emocionar al
lector y llevarlo por los vericuetos que ella desea. Las primeras páginas son
más reposadas, más literarias y estilizadas, y a partir de ahí la historia se
vuelve vertiginosa, el ritmo de acelera y los acontecimientos llegan a ser un
torrente incontenible, con sucesos continuos.
“Violeta” inspirada en su madre, pero
con una marcada diferencia, la protagonista, es una mujer que se sustenta en sí
misma y a buena parte de su familia con sus negocios.
Como
todas las novelas de la autora, ésta también es muy coral, y de personajes que se transmutan
en cada página. La autora se ha inspirado en familiares y conocidos.
Violeta,
una mujer fuerte que logra sobreponerse a innumerables obstáculos, va revelando
detalles de su familia y pasiones amorosas a su nieto Camilo, un nieto travieso
y rebelde que Violeta tuvo que criar desde el mismo momento que nació y que
luego se convirtió en cura. También, inspirado en un personaje real, en el
sacerdote jesuita chileno Felipe Berrios del Solar, un activista social crítico
de la iglesia que lucha por la desigualdad y la segregación, y que desde hace
años es un gran amigo de Isabel Allende.
La
variedad de protagonistas que tiene la novela le da mucho color y la puesta en
escena de cada uno de ellos de dan la mano para construir una historia bien
tramada. Muy bien construidos cada uno de ellos, que podemos separarlos entre
sí, por su personalidad y carácter. Personajes que os darán un vistazo a una
realidad que es el marco que ampara y justifica lo narrado.
Encantadora
historia, conmovedora que trasmite buenas dosis de energía y optimismo para
repasar la memoria de todo un siglo que es el eje de la trama de la última
novela de Isabel Allende.
¡Hola! Tenemos ganas de volver a leer a la autora, ya que nos trae muy buenos recuerdos.
ResponderEliminarBesos