Me
fui gateando por una nube,
por
una nube color café.
Como
las nubes se mueven solas,
llegué
a la Isla de Chiloé.
Me
gusta en la vida, florido el rosal,
sus
bellas espinas no me han de clavar,
y
si una me clava, ¿qué tanto será?
Pasé
por Lota de amanecida
con
los primeros rayos del sol.
Miré
p’abajo, diviso Penco,
que
relumbraba como un crisol.
Vaya
paseo, señores míos,
el
que en mi nube me regalé.
Seguí
camino, diviso un piño,
desde
mi nube lo saludé.
Vuela
que vuela en mi dulce nube,
de
repentito se me taimó,
sacó
un taladro con muchas puntas,
y
to’a entera se perforó.
Me
faltó tino pa’ equilibrarme
cuando
mi nube empezó a llover.
Me
agarré firme de los hilitos,
y
como gata me descolgué.
Caí
en la copa de una patagua,
por
su ramaje me deslicé.
Salté
en un charco de agüita clara,
y
con el fresco me desperté.
No hay comentarios:
Publicar un comentario