No
son más silenciosos los espejos
ni
más furtiva el alba aventurera;
eres,
bajo la luna, esa pantera
que
nos es dado divisar de lejos.
Por
obra indescifrable de un decreto
divino,
te buscamos vanamente;
más
remoto que el Ganges y el poniente,
tuya
es la soledad, tuyo el secreto.
Tu
lomo condesciende a la morosa
caricia
de mi mano. Has admitido,
desde
esa eternidad que ya es olvido,
el
amor de la mano recelosa.
En
otro tiempo estás. Eres el dueño
de
un ámbito cerrado como un sueño.
Qué bonito^^
ResponderEliminarMe encanta *.* jeje
Besos desde http://mimundopersonaldelibros.blogspot.com.es/
Gracias Elena. Me alegro que te guste. Es una bonita poesía. Un abrazo
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