Yo
sé que eres un ave fugitiva,
Un
pez dorado que en las ondas juega,
Una
nube del alba que despliega
Su
miraje de rosa y me cautiva.
Sé
que eres flor que la niñez cultiva
Y
el hombre con sus lágrimas la riega,
Sombra
del porvenir que nunca llega,
Bella
a los ojos, y a la mano esquiva.
Yo
sé que eres la estrella de la tarde
Que
ve el anciano entre celajes de oro,
Cual
postrera ilusión de su alma, bella.
Y
aunque tu luz para mis ojos no arde,
Engáñame
¡oh mentira! Yo te adoro,
Ave
o pez, sombra o flor, nube o estrella.
¡Hola!
ResponderEliminarQué hermosas palabras, antes no comprendía, no le daba la oportunidad a la poesía, pensaba que debía esforzarme demasiado para comprenderla. Desde que estoy en Blogger he empezado a leerla, y lo cual agradezco demasiado; fue hermosa esta poesía, amé la parte 'Y aunque tu luz para mis ojos no arde, engáñame ¡Oh mentira!', espero seguir encontrando más entradas así.
¡Un saludo!
Hola Ailime.
EliminarMe alegro que te empieze a gustar la poesia. Aún más que te aficiones a ella. No la dejes de lado, siempre te dara buenas recompensas.
Un saludo!!!