Lágrimas
en la isla de mis ojos
mojan
los recuerdos de tu lejanía
el
adiós congelado en la sonrisa
te
dije que volvería
en
el silencio de conjuros y deseos
en
las alas de una mariposa
revoloteando
su alegría
en
el beso con olor a canela
de
ese unicornio que habita frágil
en
la garganta de tus piernas
Cuando
la noche nos alcance cerremos los ojos
que
esas lágrimas alimenten nuestros sueños
inflemos
las velas
y
volemos sobre esa nube
cargada
de suspiros que
aletea
verde en el reencuentro
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