Las flores de su pelo
húmedas de madrugada
secas para las diez
ceñido el delantal
piedras como puños
le pesan en los bolsillos
mañana
jadearán las guadañas
al caer sus ropas
yacerá sobre esta ladera
las manos apuntando a las crestas
y los pies en la carretera
sus gavillas se acurrucarán
en fila
como las parejas a la luz de la luna
al día siguiente
andará al sol cabeza abajo
para secarse como el fuego
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