Aroa
Moreno Durán publica su nueva novela “La
bajamar”. Novela con tres generaciones de mujeres vascas separadas por el
trauma, el silencio y la incomprensión.
SINOPSIS: Adirane regresa
a la casa familiar de su pueblo junto a la ría, en el norte del País Vasco, con
la frágil excusa de registrar la última memoria de infancia de su abuela Ruth
durante la Guerra Civil. Ha dejado atrás a su marido y a su hija de cinco años,
sin siquiera una explicación, para intentar encontrar un nuevo punto de partida
desde su propio pasado. En la casa vive también Adriana, su madre, con quien no
se habla desde hace años.
¿Qué significa criar o
cuidar de alguien bajo tres contextos históricos y políticos muy dispares y en
un territorio casi permanentemente tensado? En esta novela, madres e hijas de
diferentes generaciones irán tejiendo, con el ritmo y la fuerza de las mareas,
una genealogía zarandeada por secretos familiares y enfrentamientos que hasta
ahora las han mantenido alejadas, viviendo vidas separadas por los muros de lo
que nunca se dice.“La bajamar” novela a tres
voces -la abuela Ruth, la madre Adriana y la hija Ariane madre reciente- os
mecen entre los secretos de sendas generaciones de mujeres en busca de un
destilado sobre la compleja idea de maternidad y relaciones materno-filiales.
Tres mujeres de un mismo linaje y generaciones distintas conforman un evocador
coro de voces y silencios para narrar una genealogía que se entrelaza con el
devenir histórico del País Vasco, desde el horror de la Guerra Civil hasta el
presente, pasando por la violencia y el miedo de los años de plomo. Recorriendo
casi un siglo de nuestra historia más reciente. La novela relata una saga
familiar femenina donde los límites entre lo íntimo y lo político. Tres mujeres
esquivas, celosas de lo suyo, obligadas a dar y darse explicaciones, a confesar
su historia para conquistar algo
parecido a la paz.
La
esencia del relato, atravesado por el dolor, la memoria, el desarraigo, la
herencia y la inquietante sombra de los secretos son los temas que atraviesan
la obra que abre, ante todo, una honda reflexión acerca de la maternidad y qué
significa criar y cuidar de alguien en contextos signados por la violencia, la
desesperación, la angustia o la miseria.
Esta
elección refleja la historia que recorre la España contemporánea, de una esperanza
que se acerca y se aleja, que seca a la luz otras formas.
Entre
la crudeza y la belleza, Aroa Moreno Durán, teje los mimbres de las buenas
historias una novela cautivadora a tres voces que os sumerge en la memoria más
personal. Sin dejar de lado a las protagonistas –Ruth, Adriana, Adirane-, ni a
las secundarias para otorgar una narración significativa y coherente a cada una
de sus vidas. Memoria colectiva y memoria familiar se embridan en esta novela.
Con
una prosa precisa desgarradora y la cadencia poética de una narración cuyo
ritmo recuerda al vaivén de las mareas, su nueva novela encuentra las palabras
justas para arrojar luz sobre aquello que se calla, unos hechos crudos, lo que
no se puede decir en voz alta, y esas vidas que, sin hacer apenas ruido,
transcurren en los márgenes de la historia con el silencio que golpea las
conciencias.
El
clima que rezuma en la novela es uno de sus aspectos más atractivos: no el
clima en tanto tono narrativo sino en tanto climatología y paisaje como tal.
La
incomprensión que está muy tratada en la novela, especialmente entre Adriana y
Aridane, a través de silencio, silencios para evitar preguntas por miedo a las
respuestas.
La
autora, con gran maestría, se adentra en el alma de las protagonistas y ofrece
la posibilidad de sentir todos sus pesares, enclavadas cada una de ellas en las
diferentes épocas que les tocó sobreponerse a innumerables obstáculos.
Las
protagonistas de “La bajamar” son
tres mujeres con matices muy variados. La abuela Ruth, de noventa años, empieza
a olvidar detalles de su vida. La hija, Adriana, que tuvo que crecer en los
años de plomo de Euskadi. La nieta, Adirane, regresa al pueblo esquivando su
complicada situación sentimental. Porque cada una de estas voces tiene sus expresiones
de fortaleza.
Mención
especial el paisaje entra en los personajes y la trama en esa autoindulgencia
de abrirse en canal y mostrar las vísceras de unos personajes que no siempre
hay posibilidad para la cirugía reparadora.
Aroa Moreno ha sido un gran descubrimiento para mi. Besos
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