Quisiera,
niño, besarte
y
San José no me deja,
dice
que te haré llorar,
verdad
que aún así me dejas?
Ha
nacido en un portal,
llenito de telarañas,
entre
la mula y el buey,
el
Redentor de las almas.
En
Belén tocan a fuego,
del
portal sale una llama,
es
una estrella en el cielo
que
ha caído entre las pajas.
Yo
soy un pobre yaucano
que
vengo de Yauco aquí,
y
a mi niño Dios le traigo
un
gallo quiquiriquí.
Ya
lo sabes, niño hermoso,
soy
del pueblo del café
por
si quieres dos saquitos,
también
yo te los traeré.
Yo
soy Juan el verdurero,
que
vengo de la montaña
y
te traigo viandas buenas,
desde
mi humilde cabaña.
Al
niño recién nacido
todos
le ofrecen un don;
yo,
como no tengo nada,
le ofrezco mi corazón.
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