Ilustración autor desconocido.
Me
dijeron
que
las palabras servían
para
pintar cuadros
y
hasta para cambiar el mundo.
Pero
las palabras de colores
o
en negro
sobre
blanco,
no
cambian el mundo.
Y
dice más de la soledad
y
la tristeza,
el
aullido de un lobo
en
la noche.
Y
dice más de la alegría
el
canto de los pájaros,
tras
la lluvia.
Y
la frase más solemne
del
mejor orador
es
menos seria
que
el rugido del león
en
la selva,
o
en lo que quede
de
ella.
Por
eso,
envío
cartas a los perros
y
como quien ladra
escribo
poemas
a
la luna
que
está sola.
Y
vacía.
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