Ilustración autor desconocido.
Pasarán
las nubes que jamás pasaron,
y
comenzarán los canalones altos
a
verter en los pozos
—agua
y madera
de
un fagot sorprendido—
el
sonido prendido de una escala de luz.
Volverás
a obtener
—liso
campo de arena—
la
geometría exacta
de
un corazón de sí mismo olvidado.
Dejarás
el balde y los claros de lluvia
puestos
al sol del invierno.
Se
alegrarán las horas con el trabajo antiguo
de
engarzar las palabras, despertadas
porque
llenan sus huecos los arcángeles nuevos.
Beberás,
como siempre, agua del aire
hasta
que una mirada
creadora
y cierta
haga
distinto el aire, el agua, como siempre.
Entonces,
únicamente entonces,
abrirás
la alacena, pero serás la llave.
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