Isabel
Allende vuelve a las librerías con El juego de Ripper, su primera novela
policial. Un
thriller correcto, escrito desde fuera de la tradición habitual y por eso
resulta diferente. Sorprenderá a los que esperen una novela de detectives convencional
y descolocará también a los aficionados más tradicionales de Allende.
Como
primera conclusión, se puede decir que esta reinvención no ha sido un
movimiento, no se sí certero, en la prolífera carrera literaria de la autora.
SINOPSIS: Tal como
predijo la astróloga más reputada de San Francisco, una oleada de crímenes
comienza a sacudir la ciudad. En la investigación sobre los asesinatos, el
inspector Bob Martín recibirá la ayuda inesperada de un grupo de internautas
especializados en juegos de rol, Ripper. «"Mi madre todavía está viva,
pero la matará el Viernes Santo a medianoche", le advirtió Amanda Martín
al inspector jefe y éste no lo puso en duda, porque la chica había dado pruebas
de saber más que él y todos sus colegas del Departamento de Homicidios. La
mujer estaba cautiva en algún punto de los dieciocho mil kilómetros cuadrados
de la bahía de San Francisco, tenían pocas horas para encontrarla con vida y él
no sabía por dónde empezar a buscarla.»
La
escritora latinoamericana se atreve, en esta ocasión, con un género distinto del
que nos tiene acostumbrados en sus anteriores novelas. Una novela policíaca que
se transforma en todo un rompecabezas, donde cada una de las piezas es crucial
para entender un final totalmente inesperado. Allende sorprende con un libro
lleno de suspense y un toque paranormal, en un mundo donde la predicción de una
astróloga de San Francisco vaticina una serie de crímenes en la ciudad.
En
cuanto a la estructura narrativa de la novela, se ciñe al orden de exploración
del género, partiendo de un acontecimiento-desenlace para luego remontarse
hasta precipitar la acción, mediante descubrimientos graduales y lógicos.
Estas
investigaciones se mezclarán con las vidas privadas de los personajes y avanzan
de forma lógica. Donde Isabel Allende ha sabido incluir de una forma natural y
muy amena, con esa forma de contar tan característica, que la hace
inconfundible.
Con
unos personajes perfilados y reseñados casi hasta la extenuación. De tal manera
que, iremos conociendo a todos los protagonistas
de este libro. Un conglomerado de personajes -totalmente irreales- donde
podemos encontrar lo valioso de la novela gracias al estilo de realismo mágico,
que Allende, sabe dominar como nadie. Por esta parte no podemos ponerle ningún
pero a la novela salvo que, en muchas ocasiones, las descripciones y
experiencias vitales de personajes se alargan durante muchísimas páginas con una
lectura que se hace cansada y regular.
Allende
cumple con un aprobado raso todas las expectativas asociadas a la novela negra,
un tanto distinta a los géneros que nos tiene acostumbrados, con otros
ingredientes y una estructura que se sale de la clásica de otros autores. Donde
los policías no son los que llevan el peso del argumento.
A todo esto le añadimos esa prosa, tan
característica de Isabel Allende, con humor, con ironía, con mucho amor, que a
mí me tiene ganado, que resulta muy amena y facilita la lectura. Personalmente,
me ha tenido pegado a las páginas por el puro placer de leerla y deleitarme con
su forma de contar. Es decir, ¡es lo único que salva la novela!
Dicho
esto, estoy seguro que quienes disfrutan con las letras de la autora, lo harán
y mucho con este título, mientras que quienes lleguen esperando una novela
negra sólida y dura, seguramente se vean defraudados. Como siempre, lo mejor es
dejarse llevar y no tener una idea preconcebida sobre lo que nos vamos a
encontrar. Y posiblemente, también sea lo más justo para quien lo escribió.
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