domingo, 19 de agosto de 2018

VOZ EN LA PENUMBRA.


 

Este soy yo: al fin palabra sola,
ni espada, ni lujuria, ni dinero;
acaso un viejo andar de jardinero
dividido entre luna y amapola.

Tiempo quise guardar; no tiempo llano,
tiempo de no morir, secreto y fino,
y en las mínimas piedras del camino
halló suaves milenios cada mano.

Arbol quise tener, árbol sapiente,
laurel de sombra, condolido abrazo,
y en el agua pequeña de mi vaso
cupo el árbol total de la corriente.

Oro que viste, último viajero,
brillando en lentejuelas de bonanza,
oro no fue. Oh trémula esperanza
renacida en penumbras de romero.

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