Mi
reencuentro con Javier Moro ha sido con “A
flor de piel”. Donde el escritor ha
tardado cuatro años en publicar tras “El
imperio eres tú”. El argumento trata de un episodio real completamente
desconocido para mí y que me ha sorprendido por diversos aspectos. Para empezar
en ella nos relata la mayor proeza humanitaria que se ha llevado a cabo y que
cambiaría el rumbo de los acontecimientos de la historia, para finalizar fue la
mayor gesta sanitaria de la historia y acabó en olvido.
Así
se refiere Javier Moro a la expedición Balmis, una “quijotada heroica” que
condujo a principios del S. XIX la recién inventada vacuna de la viruela a los
territorios de ultramar.
SINOPSIS: El 30 de
noviembre de 1803, una corbeta zarpa del puerto de La Coruña entre vítores y
aplausos. En su interior viajan veintidós niños huérfanos cuya misión consiste
en llevar la recién descubierta vacuna de la viruela a los territorios de
Ultramar. Los acompaña Isabel Zendal, encargada de cuidarlos. Los héroes de
esta descabellada expedición, dirigida por el médico Francisco Xavier Balmis y
su ayudante Josep Salvany, sobrevivirán a temporales y naufragios, se
enfrentarán a la oposición del clero, a la corrupción de los oficiales y a la
codicia de quienes buscan lucrarse a costa de los desamparados. Si al final
esta aventura se convirtió en la mayor proeza humanitaria de la Historia, se
debió no sólo al coraje de aquellos niños que se vieron abocados a salvar las
vidas de tantísima gente, sino también al arrojo de los dos directores, hombres
sin miedo que se disputaron el amor de la única mujer a bordo. A raíz del
descubrimiento de la identidad de Isabel Zendal, Javier Moro, autor de Pasión
india y El imperio eres tú, reconstruye una prodigiosa epopeya de la mano de un
personaje femenino inolvidable. Los protagonistas de A flor de piel,
desgarrados entre la pasión de salvar al mundo y la necesidad de salvarse a sí
mismos, son como luces en el horizonte oscuro del final de una época.
Javier
Moro ha rescatado esta página de la historia, no sólo de España, sino de la
medicina y la ha conjugado de manera magistral. Una crónica expedicionaria de
inicios del Siglo XIX, en el claro declive del Imperio Español y con los torpes
pasos de la medicina preventiva, donde un grupo de intrépidos españoles se
embarca en una de las mayores aventuras humanitarias de la historia de la
medicina y, desde luego, la mayor proeza altruista realizada hasta la fecha.
A
cerca de la maestría del autor para saber combinar, los elementos históricos
con los de ficción, en una novela que se convierte en un relato de ficción
histórica. De ahí que lo tiene todo, aventuras, viajes, países, adversidades,
mar, sentimientos encontrados, un fiel reflejo de la época tan dura y tan
desconocida. De modo que la historia te lleva a situaciones y circunstancias en
las cuales te sentirás identificado; como también lo estarás con sus
personajes, sus peligros y emociones.
“A flor de piel” no sólo rescata
un episodio épico, sino que nos acerca también a la figura de una mujer
impresionante, una adelantada a su tiempo, por cuyo amor pelearán los dos
personajes que dirigen la expedición sobre la que gira la novela.
En
cuanto a la novela, habla de una época donde la ciencia y la fe chocaban
frontalmente, donde eran posibles aún misiones altruistas realizadas por seres
excepcionales que luchaban por el éxito de un proyecto que les otorgaría fama y
reconocimiento a costa de arriesgar su propia vida.
“A flor de piel” es sin lugar a
dudas una novela imprescindible para los amantes de la historia.
Son
muchos los aciertos, pero el más destacable, es la labor documental que ha
realizado el autor, no ata el ritmo a la necesidad de aportar cada dato. Por
consiguiente el autor hace un manejo del tiempo al contar la historia de forma
lineal que progresará paralelamente.
La
novela avanza en un orden estrictamente cronológico; en una primera parte,
habrá hilos narrativos progresando a la vez. Por un lado, la historia de Isabel
desde la infancia hasta la última etapa de su vida; en la cual, ella es el hilo
conductor y la razón de ser de esta narración. Y por otra, la historia del
cirujano alicantino Balmis. Hasta llegar a un punto de la novela que ambos hilos
convergen y construyen un solo argumento conductor y dota al relato de la dosis
oportuna de emoción, intriga y pasión amorosa; para atrapar al lector durante
todo el trayecto que dura la travesía aventurera.
Una
narración con ritmo que no decae en ningún momento, que huye de tópicos, y que
consigue una fluidez natural. Seduce con la prosa envolvente del autor
convirtiendo la lectura en una experiencia intensa. En donde desenvuelve el
alma de los protagonistas avivando el interés por conocer el final de cada uno
de ellos.
El
autor recrea con gran acierto la descripción detallada de ambientes y paisajes,
tanto los de España como los de los países de América a los que llega la
expedición. De tal forma convierte la novela en un cuadro costumbrista que
estimula la curiosidad del lector.
El
lector que se adentre en “A flor de piel”
compartirá la pasión de unos personajes para los que la ciencia es la
posibilidad de una vida y un mundo mejor. Javier Moro consigue recrear con
esmero la historia de unos hechos pero también la historia de unos sentimientos.
Por
lo que se refiere a los doctores Balmis y Salvany e Isabel Zendal formarán un
triángulo de afectos y desafecciones que mantiene el interés de la trama
argumental a lo largo de toda la novela.
Los
tres personajes están construidos a través de un juego de personalidades
contrapuestas donde los motivos profesionales y personales se entrecruzan en
muchas ocasiones consiguiendo que el clímax narrativo no decaiga hasta el final
del relato.
La
travesía Balmis es la columna vertebral de este relato novelado de un hecho
real, tomando a sus personajes como carne y verbo, para transmitir lo que fue el
ejemplo de esfuerzo, el valor y el coraje contra una de las mayores locuras de
la historia de la humanidad: la viruela.
Dicha
enfermedad o epidemia fue el mayor enemigo de los pueblos indígenas. Una plaga
que se convirtió en la principal causa de mortalidad y dejó graves secuelas a
los pocos que lograron salvarse.
Existen
autores que nos dejan con ganas de continuación con las historias, y otros,
como el caso de Javier Moro, que es capaz de iniciar y terminar un relato,
dejarlo completamente compacto para terminar con un más que satisfecho lector,
pero generando en ese mismo lector la ansiedad de volver a encontrar ante sus
ojos una nueva entrega de su pluma.
Independientemente,
para algunas personas, Javier Moro, puede ser un escritor, pero para la mayoría
de los adictos a sus libros, este autor va mucho más allá de eso. Autor de
novelas como: ”La pasión India”, “El sari rojo”, “El imperio eres tú”, este incansable viajero, recopilador de
vivencias y contador de experiencias, vuelve a deleitarnos con su piel de
conocedor de otros mundos, otras culturas y su increíble forma de plasmarlas en
el papel.
Una
gran novela histórica que ha sido un placer leer, con momentos duros y momentos
tiernos, que consigue que el lector no
quiera despegarse de la historia. Imprescindible.
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