La
ventana engrandece lo que enmarca,
une
todo con todo: el estudiante
de
la bufanda roja, el perro absurdo
que
observa con su hocico, los obreros
de
azul saliendo de aquel bar con prisas,
en
ella,
ahora,
significan
más.
Basta
con acotar nuestra mirada,
para
que en su interior crezca una red
que
pesca entre las cosas peces vivos.
Escribir
poesía es de algún modo
estar
enfermo de buscar ventanas.
Y
estar enfermo de pensar quién puede
borrosamente
desde
el otro lado
mirarte a ti
significando qué.
mirarte a ti
significando qué.
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