Dios
la hizo tan grande
que
ni Aquiles y Héctor podrían igualarla.
XLI
Con
la inspiración de Juana
los
ingleses serán doblegados.
No
volverán a levantarse.
Dios
así lo quiere, que escuchó
los
gritos de aquellos que padecieron
tanto
dolor.
La
sangre de los que murieron
clama
hacia Inglaterra sin cesar.
XLII
Ella
expulsará a los sarracenos
y
conquistará la Tierra Santa.
¡Dios
guarde a Carlos! Ella lo llevará allí.
(…)
Y
allí es donde ambos habrán de morir
para
la ganar la gloria,
y
así todo habrá sido completado.
XLIII
Ella
por sí sola ha tomado la corona.
Su
triunfo enseña que
Dios
le ha dado más valor
que
a todos los grandes hombres
que
antes fueron cantados.
XLVLL
¿No
ven, ingleses,
que
en ella Dios ha enseñado su mano?
Solo
los tontos no lo pueden comprender.
Porque
fue por su deseo
que
la Doncella ha venido a Francia.
No
tienen fuerza para oponérsele.
XLVLLL
¿No
ha sido el rey por fin coronado?
¿Quién
lo condujo?
Ninguna
bravura en Tierra Santa
ha
sido mayor que lo obrado por la Doncella.
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