domingo, 20 de septiembre de 2020

UN ARTE.




Qué fácil es el arte de la pérdida.
Tantas cosas parecen empeñadas
en perderse que ya no hay más tragedia.

Pierde algo cada día. En calma acepta
llaves perdidas, horas malgastadas.
Qué fácil es el arte de la pérdida.

Luego ensaya perder más, con presteza:
sitios, nombres, y a dónde te llevaba
tu viaje. No será mayor tragedia.

Perdí el reloj de mi mamá… ¡Y observa!
se fue la última casa que adoraba.
Qué fácil es el arte de la pérdida.

Perdí un par de ciudades tan espléndidas…
tierras, dos ríos, reinos que guardaba.
Los extraño, aunque no fue una tragedia.

—Aun si te pierdo (grácil voz, manera
que amo), no habré mentido. Hablo confiada:
Qué fácil es el arte de la pérdida
aunque parezca (¡Escríbelo!) tragedia.

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