Desde la sombra de las cúpulas en la ciudad de las cúpulas,
un copo de nieve, una tormenta de uno, ingrávido entró
en tu habitación.
Y se abrió camino hasta el brazo del sillón donde tú, al
levantar la mirada
Del libro, lo viste cuando aterrizó. Eso fue
Lo que ocurrió. Nada más que un solemne despertar
A la brevedad, al subir y bajar de la atención, rápidamente,
Un tiempo entre tiempos, un funeral sin flores. Nada más
que eso
Excepto por la sensación de que este trozo de la tormenta,
Que se convirtió en nada tus ojos, volverá;
Que alguien dentro de muchos años, sentado como tú
ahora, dirá:
"Ha llegado la hora. El aire está preparado. Hay un claro
en el cielo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario