La
literatura es uno de los mayores entretenimientos que posee el ser humano. La
posibilidad de introducirse en infinidad de mundos e historias que, al final,
acaban sintiendo como propias, es una sensación tan gratificante como sencilla.
Al alcance de cualquiera que tenga a su disposición un buen libro.
Elia
Barceló es una de las escritoras de ciencia ficción más destacadas de la
literatura en español, y en su amplia obra también ha cultivado la narrativa
juvenil, de terror, el thriller o la novela histórica. Esta obra, “El efecto Frankenstein” dirigida
fundamentalmente al lector juvenil.
SINOPSIS: Una intriga en la que
confluyen los géneros de novela policíaca y gótica. Todo comienza cuando el
joven Max se despierta en una casa en ruinas; su cuerpo está cruzado por
enormes cicatrices que evidencian que ha sido atendido por un cirujano, pero él
no recuerda nada. Nora estudia Medicina en la ciudad alemana de Ingolstadt y
esa misma noche de Carnaval conoce a Max cuando ambos salvan a una niña de
morir ahogada en el Danubio. La atracción es inmediata. El problema es que
pertenecen a épocas distintas.
Un
homenaje a Frankenstein y una lección de historia. Una novela que reflexiona
sobre la igualdad entre sexos y clases. Como si se tratara de Alicia cayendo
por la madriguera.
¿Qué
nos vamos a encontrar en la novela? Pues una mezcla de historias que a mí,
particularmente, me encanta: un poco de ciencia ficción, novela histórica,
personajes reales e inventados conviviendo en la ficción novelesca, una trama
de amor...y por supuesto, Frankenstein y sus criaturas. Estos son los mimbres
con los que arranca un argumento bien trazado.
En
"El efecto Frankenstein"
rinde un homenaje al personaje creado por Mary Shelley por abrir las puertas a
las mujeres al género fantástico y, al mismo tiempo, mostrar el contexto en el
que la mujer de esa época se movía y este contexto da lugar a una historia que
te tiene enganchado desde la primera palabra.
En
parte, esto es debido a la fuerza que tienen los personajes. Imposible no caer
rendida ante Maximilian, un joven del siglo XVIII que una noche aparece en
2019. En nuestra época, tendrá un encuentro con Nora. El viaje en el tiempo
está garantizado: él viaja al siglo XXI, Nora lo hará al XVIII. Este elemento,
el viaje en el tiempo, ya es un aliciente para los lectores que se introduzcan
es sus páginas. Elia Barceló lo describe y expone de tal forma que lo hace
creíble. Es difícil no llegar a emocionarse o ponerse nervioso ante los
acontecimientos. Sabréis de hermandades secretas, de la vida cotidiana en
ambientes distintos, ya forme parte de la nobleza o de los pobres, de
relaciones familiares marcadas por los intereses materiales, del amor que salva
diferencias, ya sean culturales o de orden estético, y de cómo recupera vida la
materia muerta de mano de un estudiante de medicina que posteriormente se hizo
famoso por tal hazaña.
Tengo
debilidad por las historias distintas, las que buscan nuevas rutas y arriesgan y, mucho más, por esos personajes tan cotidianos
que sus existencias, cuando rozan lo extraordinario, reaccionan de forma
sorprendente.
La
escritora ofrece una moraleja final.
Es
una novela en la que se fusionan con maestría la fantasía, el género histórico
y crea una trama sólida en la que lo real y lo mágico van paralelos, y de su
mano haréis un recorrido relevante del siglo XVIII, todo ello asociado con un
ritmo ágil, unos personajes muy bien caracterizados, con mucha fuerza, y un
desenlace redondo.
Todo
lo anterior, da como resultado, una novela híbrida: mezcla de novela
fantástica, histórica, feminista, de aventuras, de amor, un poco gótica y un
poco ilustrada.
Elia
Barceló tiene un estilo narrativo que seduce al lector, un estilo que mantiene
ya sea en su vertiente adulta como juvenil. Para mí, esto es importante y es
una de las razones de la calidad literaria que tienen todas sus novelas, y esa confianza
asegura al lector. En esta novela es prácticamente imposible abandonar la
lectura. Hasta que no la acabas, no dejas de leer.
A
través de una trama emocionante, la novela nos ofrece una mirada incisiva y
pedagógica mediante un sabroso diálogo entre dos épocas muy distintas, la
documentación sobre el siglo XVIII es minuciosa pero está dispuesta con tanto
esmero que Elia nos hace sentir que estamos allí. Falta de luz, ropa incómoda,
comidas, olores, todo sazona un trabajo exquisito que sirve de telón de fondo a
la relación que se desarrolla entre Nora y Max. Mostrando los distintos dilemas
morales propios de mundos muy distintos pero, a su vez, también similares. Crítica
social, choque de épocas, Frankenstein, feminismo e igualdad, la ciencia como
camino de transformación, el amor y la amistad, las sociedades secretas, la
ambición, la locura y el remordimiento … son los mimbres y temas de “El efecto Frankenstein”.
Si
bien la trama es lineal y no busca ser sorpresiva, maestra narradora como Elia
Barceló atrapan al lector. Su prosa fluida y madura, su trama perfectamente
encajada hasta el final. Pero no es un texto moralista, ni pretende adiestrar a
sus lectores más jóvenes. Eso sí, «es una novela feminista», fantástica pero
también realista.
La
escritora reivindica el papel de la mujer y la responsabilidad cuando haces
algún acto de no desentenderte de tus propias decisiones.
A
pesar de los temas tratados os encontrar ante una novela muy positiva,
optimista, un gran canto a la vida, a la amistad, a la solidaridad. Un rayo de
luz ante tanta miseria, ante tanto dolor y crueldad.
Me
gusta la relación que le ha dado a Nora y a Max, a pesar de la diferencia
cultural y de costumbres, desde el principio se aprecia que conectan. Empiezan
siendo amigos, apoyándose, y acaban enamorados. Pero no es una novela
romántica, sino más bien gótica con tintes de thriller.
Nora
tiene un carácter fuerte, independiente y seguro. Max es un personaje más
sensato y complejo, que demuestra una evolución interesante a lo largo de la
novela. Su actitud ante Nora puede chocar o llamar un poco la atención, pero es
normal: él es un chico del siglo XVIII, con unas costumbres muy diferentes. Los
diálogos entre ambos son divertidos por este motivo, a Nora le gusta jugar con
Max y desconcertarle con sus opiniones o actos.
He
quedado encantado tanto con la forma en que describe las situaciones como en la
que afronta la personalidad de sus personajes, otorgándoles una voz y
una serie de matices y aristas que provocan que la historia se enriquezca.
A
través de sus páginas sufriréis, amaréis, padeceréis y sonreiréis con las vidas
de unas personas que la autora nos dibuja con palabras precisas y con la
creación de unas escenas que rozan -y superan- la mejor de las descripciones
posibles.
Están
muy bien dibujados, son muy de carne y hueso, pero tampoco los secundarios se
quedan atrás: lobo, un sicario con más de una sorpresa; Sanne, una doncella que
se ve en apuros, y el mítico Viktor Frankenstein, que emborrona las líneas de
la propia ficción.
Son
unos personajes que evolucionan, llenos de fuerza, de sentimientos, con sus
virtudes y sus defectos, con contradicciones, con luchas interiores, que van a
tener que elegir aun a costa de lo que desean, donde la lucha entre la razón y
el corazón es una constante en sus vidas.
Con
una ambientación muy literaria, una historia de amor sencilla pero tierna, y
una trama donde los clásicos románticos están más vivos que nunca, “El efecto Frankenstein” es una lectura
perfecta para empezar el mes de febrero.
Hola, no conocía este libro pero la premisa me parece bastante interesante, lo tomaré en cuenta para futuras lecturas!
ResponderEliminarSaludos desde kiwybooks.
Hola Kiwy Books.
EliminarEs un libro publicado en el 2019, yo tampoco lo conocía, me lo recomendaron las dos auxiliares de la Biblioteca de Cocentaina.
Saludos. Feliz lectura.