Este es el cáliz de mi amor
dichosos los llamados a este poema.
Dichoso el falo de las uvas
que fornica con el frío y la oscuridad
y mana vino.
Esta es la sangre de tu olor.
Dichosa tú que sabes que no existo sin tu sed
y sin embargo no fabricas agua.
Dichosos nosotros
que no nos amamos sin sexo.
Dichoso yo que volqué la copa vacía
sobre tus gemidos y apareció la nieve.
Dichoso el mosto, la soledad y la lluvia
que serpentea las ventanas de tus orgasmos.
Este es el cáliz que sale de mi cuerpo.
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