La trilogía de "Puerto escondido", "Un lugar a donde ir" y "Donde fuimos invencible" me dio a conocer hace ya algunos años a una autora que, además de ganarme con las maravillosas descripciones de los paisajes cántabros, me ha llevado a vivir mil y una aventuras. Ansioso estaba por saber los derroteros que tomaría esta nueva publicación suya. Hoy os hablo de "El bosque de los cuatro vientos" una novela independiente de su trilogía.
En
nuestros días, Jon Bécquer, un inusual antropólogo que trabaja localizando
piezas históricas perdidas, investiga una leyenda. Nada más comenzar sus
indagaciones, en la huerta del antiguo monasterio aparece el cadáver de un
hombre vestido con un hábito benedictino propio del xix. Este hecho hará que
Bécquer se interne en los bosques de Galicia buscando respuestas y descendiendo
por los sorprendentes escalones del tiempo.
La escritora María Oruña ha conseguido despertar y fijar en sus tramas un inconfundible aroma al Cantábrico más ancentral. Una fragancia marina a grandes misterios y ficciones históricas desde la cornisa norte peninsular. Desde cantabria hasta Galicia atesorando profundos misterios compuestos con un punto de ficción histórica y altas dosis de tensión narrativa.
Os enfrenteréis a una historia en la que podéis leer, parte del mismo esquema, combinando la trama actual protagonizada por Jon Bécquer, el investigador de arte, con la acción que trascurre en el S. XIX en tiempos de Fernando VII y que protagoniza Marina, la joven hija del médico que acude desde Valladolid a desempeñar su labor en el monasterio de Santo Estevo.
Tendréis una historia que reúne misterio, dosis de historia, tramas más personales, una muerte y un secuestro ancestral. Ingredientes muy atractivos para elegir "El bosque de los cuatro vientos" y que son en conjunto los que la hacen muy entretenida. Los dos hilos argumentales que se van alternando ofrecen cierto dinamismo al relato, dentro de que no es una novela que se caracterice por su acción; a la vez tendréis que la intriga se desdobla en dos. Como todo lo anterior, no es una novela que destaque la acción ni que se acerque al género negro, aunque de primeras os topéis cara a cara con un muerto.
A su vez, son muchos los temas que aborda la novela y todos muy variados e interesantes. Por un lado, el tema del arte sacro, recuerda cuantas obras de arte estuvieron escondidas en cantidad de monasterios, iglesias y pequeñas ermitas de nuestra geografía, más aún en lugares como Galicia que por sus deficientes comunicaciones se mantuvieron al margen de las numerosas expoliaciones sucedidas a lo largo de los siglos. Por otro lado, recrea un episodio de nuestra historia tan interesante como el final del Antiguo Régimen, el convulso reinado de Fernando VII y el conflicto de sucesión, la vida en los monaterios y en las pequeñas aldeas. Otro tema muy de actualidad por la pandemia que estamos sufriendo en estos momentos es el de la epidemia de cólera que asoló España en aquella época y donde tuvo un brote importante en la ciudad de Vigo. La autora se detiene en el conocimiento de la enfermedad y los tratamientos médicos empleados.
Finalmente, como tema curioso por desconocido, está el de los matrimonios secretos, una figura jurídica aún vigente en la actualidad.
En esta ocasión, vamos un poco más costa adentro, hasta un Ourense convertido es ese espejo entre dos momentos separados por siglos. Una fascinante sensación del tiempo compartido hacia la resolución de un enigma, recuperado la magia de ciertos lugares, su fuerza telúrica, las poderosas energías superiores a los vectores de nuestro tiempo. Un entorno perfecto para esconder secretos...
Dicho lo anterior, hay un escenario común, dos hilos argumentales alternos, con un predominio de la trama presente pero separados por casi dos siglos de historia; en la del pasado se remonta en ocasiones hasta mucho más allá, al Medievo, son las bazas sobre las que María Oruña desarrolla una trama que conjuga misterio, leyendas e historia en una novela que, sin avanzar a gran ritmo, se toma su tiempo para recrearse en numerosas descripciones, sin embargo sí que es lo suficientemente ágil como para mantener el pulso a lo largo de casi toda la novela sin perderse.
La ambientación cobra mucha importancia en la trama como si de un personaje más se tratara. Los escenarios y paisajes en los que se desarrolla la narración son descritos con minuciosidad por la autora quien consigue con ello que podáis formaros una imagen mental de esos lugares tan misteriosos y bellos.
Personalmente, otra de las cosas que me han gustado de la novela es la parte histórica. María Oruña relata muy bien la situación política de la España de aquella época, con dos desarmortizaciones 1820 y 1835 que quitan privilegios a la iglesia, y con un rey absolutista como Fernando VII, que iba perdiendo las colonias españolas en America y persiguió a los liberales suspendiendo la famosa "Pepa", la constitución de Cadiz de 1812.
Simuntaneamente, las recillas del rey con su hermano Carlos y el problema sucesorio de Fernando, dieron lugar a la Primera Guerra Carlista. Resumiendo, queda muy bien explicada la situación política del momento.
Doy por destacada que se trata de una trama muy bien entretejida. Donde Oruña, con su prosa fluida, elegante y sugerente, demuestra en esta novela -como en las anteriores- su habilidad para crear diálogos que nos permiten conocer física y psicológicamente a sus personajes. Y hay que reconocer que Jon Bécque y Marina están perfectamente construidos.
Con todo lo anterior, la novela queda bien cerrada y creo que puede dar lugar a una continuación con nuevas aventuras de Becquer, que solo la autora puede confirmar.
Una vez más y como suele ser costumbre en su narrativa, el paisaje cobra un protagonismo especial y la ambientación es el aspecto más pulido de la historia, a pesar que, en algún momento, hubiese preferido que se aligerase los detalles en pos de la acción.
Un entorno que hace brillar de forma muy especial a un potente grupo de personajes con los que Oruña trabaja la emoción, la amargura, la pasión o el fanatismo.
Aunque tengo que reconocer que los personajes son un tanto arquetipicos, también es cierto que, funcionan a la perfección en la línea argumental. La escritora les otorga el papel que quiere que representen de cara al lector, porque es fácil que este conecte y simpatice con ellos.
Marina es una joven adelantada a su tiempo que tiene en la cabeza proyectos diferentes a las demás chicas de su edad. Es inteligente y con un carácter muy marcado. Jon me ha despertado simpatía por su forma de ser, un poco histriónica. Se toma su trabajo muy en serio pero a veces es demasiado crédulo e inocente.
También me gustaría nombrar a otros personajes importantes en la novela como: Fray Antonio, abad del monasterio y hermano de Mateo el padre de Marina; Fray Modesto, el boticario; el joven Franquilla, importante en la novela; Marcial Maceda, alguacil en la Casa de Audiencias y pretendiente de Marina; y ya en época actual a: Ricardo Maceda y su esposa Linda, German Antón y otros que espero descubráis al disfrutar de la motivadora lectura.
Cada uno de ellos, configura su papel esencial en las páginas de la novela, aportando misterios, intenciones dudosas, su agradecida dosis de romanticismo y un pequeño espacio para el debate.
Sin olvidar otro protagonista importantisimo donde se desarrollan todas las escenas: El monasterio de Santo Estevo; reconvertido en Parador Nacional.
En efecto, emoción, religión, amor, misterio, historia. Un relato tan bellamente escrito y descrito que te convierte en testigo directo de los hechos que se narran, casi como si estuvieras allí. Una delicia de lectura.
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