¡Ay, que condición, natura o suerte!
En viva muerte, muerta vida vivo.
Amor me ha muerto (ay de mí) con tal muerte,
que de vida y muerte al tiempo estoy privado.
Vacío de esperanzas a las puertas del infierno,
y deseos colmado llego al cielo;
cual de dos contrarios eterno esclavo,
proscrito soy del cielo y del infierno.
No hallan mis penas tregua,
pues entre dos ruedas que giran,
la una hacia aquí, la otra hacia allá, me zarandean.
Cual Ixión conviene que me huya y me persiga
pues al dudoso discurso
lección contraria dan espuela y freno.
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