Ilustración Nevenka Horvat-Stehr.
La
felicidad se parece
a
una pintura puntillista:
pequeños
puntos de color
sin
relación entre sí,
que
consiguen a veces expresar algo
y
a veces no,
que
sólo consiguen transmitir
el
estremecimiento de una pregunta
incompleta
a
la que no sabes contestar
porque
no entiendes qué se pregunta,
sólo
entiendes la intensidad de la pregunta
a
la que le faltan algunos puntos....
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