Este
día luminoso de enero
como
el primer poema de juventud
o
el primer seno. Este día de luz
de
la primera flor de la mimosa
que
ciega la memoria
de
la otra mimosa
en
la que lloré la muerte
de
mi padre, días de lluvia
y
oscuridad, como el crujido
de
los postigos
de
la casa ahora cerrada
como
se cierra la luz
en
los días de invierno
o
el sonido de las campanas
de
matrimonio o muerte.
Y
un seno en la ventana
que
se abre
y
vuelve a deslumbrarnos.
Nadie
muere de verdad
hasta
que ha muerto.
Precioso poema. Abrazos
ResponderEliminarGracias por pasearte y comentar. Un abrazo
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