Baltasar
Como
pastores nómadas, cuando hiere la espada del invierno,
Tras
una estrella incierta vamos, atravesando de noche los desiertos,
Acampados
de día junto al muro de alguna ciudad muerta,
Donde
aúllan chacales; mientras, abandonada nuestra tierra,
Sale
su cetro a plaza, para ambiciosos o charlatanes que aún exploten
El
viejo afán humano de atropellar la ley, el orden.
Buscamos
la verdad, aunque verdades en abstracto son cosa innecesaria,
Lujo
de soñadores, cuando bastan menudas verdades acordadas.
Mala
cosa es tener el corazón henchido hasta dar voces, clamar por la verdad, por la
justicia.
No
se hizo el profeta para el mundo, sino el dúctil sofista
Que
toma el mundo como va: guerras, esclavitudes, cárceles y verdugos
Son
cosas naturales, y la verdad es sueño, menos que sueño, humo.
Gaspar
Amo
el jardín, cuando abren las flores serenas del otoño,
El
rumor de los árboles, cuya cima dora la luz toda reposo,
Mientras
por la avenida el agua esbelta baila sobre el mármol
Y
a lo lejos se escucha, entre el aire más denso, un pájaro.
Cuando
la noche llega, y desde el río un viento frío corre
Sobre
la piel desnuda, llama la casa al hombre,
Hecha
voz tibia, entreabiertos sus muros como una concha oscura,
Con
la perla del fuego, donde sueño y deseo juntan sus luces puras.
Un
cuerpo virgen junto al lecho aguarda desnudo, temeroso,
Los
brazos del amante, cuando a la madrugada penetra y duele el gozo.
Esto
es la vida. ¿Qué importan la verdad o el poder junto a esto?
Vivo
estoy. Dejadme así pasar el tiempo en embeleso.
Melchor
No
hay poder sino en Dios, en Dios sólo perdura la delicia;
El
mar fuerte es su brazo, la luz alegre su sonrisa.
Dejad
que el ambicioso con sus torres alzadas oscurezca la tierra;
Pasto
serán del huracán, con polvo y sombra confundiéndolas.
Dejad
que el lujurioso bese y muerda, espasmo tras espasmo;
Allá
en lo hondo siente la indiferencia virgen de los huesos castrados.
¿Por
qué os doléis, ¡oh reyes!, del poder y la dicha que atrás quedan?
Aunque
mi vida es vieja no vive en el pasado, sino espera;
Espera
los momentos más dulces, cuando al alma regale
La
gracia, y el cuerpo sea al fin risueño, hermoso e ignorante.
Abandonad
el oro y los perfumes, que el oro pesa y los aromas aniquilan.
Adonde
brilla desnuda la verdad nada se necesita.
Baltasar
Antífona
elocuente, retórica profética de raza a quien escapa con el poder la vida.
Pero
mi pueblo es joven, es fuerte, y diferente del tuyo israelita.
Gaspar
Si
el beso y si la rosa codicio, indiferente hacia los dioses todos,
Es
porque beso y rosa pasan. Son más dulces los efímeros gozos.
Melchor
Locos
enamorados de las sombras. ¿Olvidáis, tributarios
Como
son vuestros reinos del mío, que aún puedo sujetaros
A
seguir entre siervos descalzos, el rumbo de mi estrella?
¿Qué
es soberbia o lujuria ante el miedo, el gran pecado, la fuerza de la tierra?
Baltasar
Con
tu verdad pudiera, si la hallamos, alzar un gran imperio.
Gaspar
Tal
vez esa verdad, como una primavera, abra rojos deseos.
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