CADA verso que escribo
abre y cierra una puerta.
Cada soplo que pasa
arrastrando las hojas
caídas del otoño
va borrando mi nombre.
Cada tarde que llega
traspasa las imágenes
de otros días sonoros,
que no sé si viví.
Cada nueva mañana
predice una derrota
si anuncia una esperanza.
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