Pierre
Jarawan nos hace recorrer Beirut. Una
historia inolvidable sobre una familia de exiliados que sufre el peso de los
secretos y de la guerra.
SINOPSIS: Los padres de Samir huyeron
de la guerra del Líbano y se refugiaron en Alemania para salvaguardar el futuro
de la familia. Pero, cuando él apenas tenía ocho años, su padre desapareció sin
dejar rastro; una ausencia que nunca ha podido superar. Ese duelo sigue
ensombreciendo su presente y lo empuja a viajar a Beirut en busca de su padre,
pero con el anhelo también de conocer su propia historia y la de su familia.
Sin más pistas que una
vieja fotografía y el recuerdo de los cuentos que le contaba su padre para
dormir, Samir emprende un viaje que arrojará luz al pasado, al mismo tiempo que
le descubrirá la infinita belleza de la tierra de sus antepasados, un Líbano
exótico y hostil.Estaréis
ante una novela deliciosa y delicada, plagada de imágenes, olores, sentimientos
y emociones. Una novela contada a través de la mirada reflexiva del autor que
os llevará hasta un Beirut exótico y desconocido. Pero a la vez, a un país en continuo conflicto bélico.
Está
narrado en primera persona por Samir, hijo de Brahim El-Hourari y de Rana.
Samir emprende una trepidante y emotiva aventura para descubrir su historia y
sus orígenes. Sus padres son exiliados que huyen del Líbano y se refugian en
Alemania para un futuro seguro. Los inicios nunca son fáciles y menos en un
país que no es el suyo, Brahim y Rana huyen de un país en llamas en el que las
bombas y los disparos eran el pan de cada día. Pero, ahora, unos años después y
con dos hijos consiguen vivir felices en el país de acogida.
El
pequeño Samir había crecido escuchando las historias que un padre le contaba
cada noche sobre su hermosa tierra, hasta que llegó la última historia, el
último beso de su padre, la última vez que estuvo a su lado…
Veinte
años después sigue obsesionado con la desaparición de su padre. ¿Qué sucedió
esa noche? ¿Por qué les abandonó? ¿Sigue vivo en algún lugar del mundo? Y
decide poner rumbo a sus orígenes para descubrir qué es lo que realmente paso.
Con la única pista de una fotografía antigua de su padre descubrirá la tierra
de sus antepasados y echará la vista al pasado en un Líbano hostil.
El
autor hace un completo recorrido por el Líbano y sus paisajes a la vez que os
cuenta su historia y todo el conflicto, donde las diferentes religiones tienen
un gran protagonismo.
La
historia del libro os cuenta que, a veces, se necesita “cruzar un océano” para encontrar respuestas a silencio,
decisiones, ausencias, consecuencias, cuentos pendientes, cargas de conciencia
y falta de comunicación.
Pierre
Jarawan ha creado esta historia con una base para él conocida como es la
emigración. Pero, “El silencio del
contador de historias” no es solo una historia para descubrir el Líbano y
sus conflictos, es mucho más. Con ella percibiréis el amor, la amistad, el
miedo y el anhelo que sienten los personajes.
El
autor narra una historia estremecedora con un cariño y una delicadeza que
cautiva. La primera parte del libro es la más lenta pues os acercará a la
historia de la infancia de Samir con su familia y concluye cuando su padre
desaparece sin dejar rastro. A partir de la segunda parte se entremezclan
capítulos del presente, con un protagonista adulto que busca a su padre en su
país de origen, con capítulos del pasado, en el que la historia empieza a ser
interesante y el ritmo ágil.
La
narración del autor jordano es elusiva, obsesiva, inquietante y hasta incómoda,
pegando un pellizco de vez en cuando en el corazón del lector.
Es
un libro duro, dramático pero también bonito y magnético. Delicado y
conmovedor. Con un estilo que recuerda las grandes narrativas orientales,
Jarawan os habla del exilio, de la migración y de una familia dividida entre
dos culturas.
Si
algo he aprendido de este libro es que la belleza está en las cicatrices. Cada
uno de los protagonistas llevan tatuado un corte marcado por la vida misma y
aprender a vivir con ello no es tarea fácil. Hay que atravesar el océano de las
heridas para llegar a personar.
Es
de ley que todos los niños tiendan a idolatrar a sus padres, es su referencia
en el mundo adulto, el que todo lo resuelve y el que todo lo puede. Así era
Brahim para su hijo. Pero además su padre era especial por otro motivo, y es
que Brahim era un excelente contados de historias. Así fue como nació Abu
Youssef, el personaje protagonista de todas las historias inventadas por
Brahim.
Los
personajes son muy reales y vertiginosos, aquí no hay grandes villanos a los
que odiar, son personas normales y corrientes como en la vida misma. Aparte de
los protagonistas principales, hay un elenco de secundarios que tienen vital
importancia en el desarrollo de la historia, como puede ser Nabil, un conductor
de Beirut que llega a ser muy importante para un Samir adulto.
El
manejo del autor sobre el estudio psicológico de cada personaje, demostrando
precisión y dominio, es del todo sorprendente en esta novela intimista que bucea
entre los sentimientos más vulnerables, de ausencias más que presentes y
heridas enquistadas. De fondo, la vida no se detiene para ninguno de ellos.
Otro
referente a destacar de la novela es que al tratarse de personas que huyeron de
una guerra, la del Líbano, hay pasajes en los que la política y la actualidad
social son los protagonistas.
Una
historia inteligente, emocionante, delicada y penetrante, que se consigue dar
vida a los personajes y que les vemos hablar, moverse, actuar en nuestra
imaginación, un elenco variopinto de sensibilidades para recrear un período
histórico consistente y creíble, sino también una red moral del entramado
familiar.
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