Ilustración Harry Bush.
Hoy
que te amo, mujer, amiga y compañera,
vamos
a creer que nuestras manos crecen,
y
que tenemos mil dedos o diez mil, y que todos
son
como antorchas que a la noche amanecen.
Hoy
que te amo, voy a incendiar el aire
con
la risa y el beso de tu voz y la mía.
Voy
a aventar lo que de bueno tenga
con
tu contacto de piel amanecida
.
Hoy
que te amo, dejará de ser
la
libertad una palabra escrita en la pared.
Hoy
que te amo, el mundo, tú y nosotros
baila
en corro una danza solidaria,
y
se buscan las manos y nuestro amor de golpe
como
una lluvia fértil se derrama.
Estaba
yo, ¿te acuerdas?, cantándote estas cosas
junto
a la puerta del Museo del Prado.
Un
hombre se acercaba, muy amable nos dijo:
“Está
prohibido que estén aquí sentados”.
Hoy
que te amo, dejará de ser
la
libertad una palabra escrita en la pared…
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