Hacia
el este por un antiguo muelle de Londres
Más
allá de un laberinto de callejones
en
la arena, unos muchachos de los barrios juegan desnudos
Los
veo en un día infernal de verano
Saliendo
y corriendo entre las caballerizas,
Sus
carnes relucientes todas viscosas por las sudoraciones.
Un
muchacho bronceado de más o menos quince años
Al
quién no le aparto la mirada. Lo veo
irse
Me
seduce con la flexibilidad de su miembro
Detrás
de un contrafuerte donde yo le sigo.
"Ven,
amigo", me susurra, "por
debajo de este arco”
"Estamos
en privado aquí”, y estoy tan tieso como el almidón
"revelando
cosas que nunca he contado a nadie."
"Después
de nuestra diversión, te dejaré ir por completo..."
Qué
fácil sudaron las caderas contenidas al dolor.
Lo
que se erguía, ahora caído, saciado con la humedad de su rocío.
Rendido
y además cegado por su guapura
Ningún
chico mejor formado de cuerpo vi en mi vida,
Lo
que me dijo, te voy a decir si tu lo deseas,
su
relato de pasión de hecho en alta mar
...
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