Me
da pena pensar que algún día querré ver de nuevo este espacio,
tornar
a este instante.
Me
da pena soñarme rompiendo mis alas
contra
muros que se alzan e impiden que pueda volver a encontrarme.
Estas
ramas en flor que palpitan y rompen alegres
la
apariencia tranquila del aire,
esas
olas que mojan mis pies de crujiente hermosura,
el
muchacho que guarda en su frente la luz de la tarde,
ese
blanco pañuelo caído tal vez de unas manos,
cuando
ya no esperaban que un beso de amor las rozase...
Me
da pena mirar estas cosas, querer estas cosas,
guardar
estas cosas. Me da pena soñarme volviendo a buscarlas, volviendo a buscarme,
poblando
otra tarde como esta de ramas que guarde en mi alma,
aprendiendo
en mí mismo que un sueño no puede volver otra vez a soñarse.
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