sábado, 27 de enero de 2018

CAFÉ AMARGO.



 

Tomo el café amargo
—y solo—
para que la vida
me deje mejor sabor de boca.
La amargura entre dientes
se acostumbró a mí.
Masticar, tragar y regurgitar
cuando no queda nada
fuera.
Bebo la negrura
infusionada
y a partir de ahí,
cualquier día es más fácil.

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