La
gata
se
lame una pata y
se
recuesta
en
el hueco de la biblioteca
yace
allí
largas
horas
imperturbable
como una esfinge
luego
gira su cabeza
hacia
mí
se
incorpora
estira
su cuerpo
me
da la espalda
nuevamente
lame su pata
como
si el tiempo real
no
hubiera pasado
Y
no lo ha hecho
y
ella es una esfinge
que
posee los tiempos del mundo
en
el desierto de su tiempo
Ella
sabe
dónde mueren las moscas
puede
ver fantasmas
en
las partículas del aire
percibir
sombras
en
un rayo de sol
Ella
oye
la
música de las esferas
los
sonidos que transmiten
los
cables
en
las casas
y
también el zumbido
del
universo
en
el espacio interestelar
pero
siempre
prefiere
los rincones hogareños
y
el ronroneo de la estufa
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