La
niña lee
el
alfabeto de los árboles
y
se vuelve ave clara. Cuánta
paciencia
ha de tener en aulas
donde
le enseñan a no ser.
El
temblor atascado
en
su garganta es mudo.
También
es mundo que
acosan
los que saben. Así aprende
a
montar monstruos de ojos pérfidos
y
cuando vuelve a la que fue
ve
el tiempo lastimado.
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