Todas
las noches me dan muchos besitos.
Vuelan
suavemente a mi alrededor.
Zzzzzzzzzz…
A
veces, parece que su zumbido se confunde
con
los ronquidos del vecindario.
Zzzzzzzzzz…
En
el jardín, Lolita me dijo el otro día
que
las ha visto disecadas,
que
su tío tiene una gran colección.
¡Yo
no quiero ni imaginármelo!
No
sabes lo dulces que son.
Ahora,
han venido a saludarnos.
Vuelan
suavemente de arriba a abajo,
de
margarita en margarita
y
se posan tímidamente en tu pelo.
Cuando
se dan cuenta de que las has visto,
se
tornan presumidas, revoloteando cerca de tus ojos,
mostrándote
atrevidas la belleza de sus alas.
Vivos
colores las adornan.
Y
para que las veas muy bien,
se
acercan todavía más,
llegando
a tocar con sus alitas
la
piel de tus mejillas.
Son
besitos, besitos que te dan…
¡Qué
dulces los besitos de mariposa!
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