Hay
un libro llamado
"Diccionario
de Ángeles".
Nadie
lo ha abierto en cincuenta años,
lo
sé, porque cuando lo abrí
sus
tapas crujieron, las páginas
se
derrumbaron. Allí descubrí
que
los ángeles habían sido una vez tan numerosos
como
especies de moscas.
El
cielo al ocaso
Solía
estar espeso de ellos.
Había
que agitar las manos
para
mantenerlos apartados.
Ahora
el sol brilla
a
través de las altas ventanaaas.
La
biblioteca es un lugar apacible.
Ángeles
y dioses se apilaban
en
libros oscuros no abiertos.
El
gran secreto está
en
algún estante junto al cual la Srta. Jones
pasa
todos los días en sus rondas.
Ella
es muy alta, de modo que mantiene
su
cabeza inclinada como si escuchara.
Los
libros están susurrando.
Yo
no oigo nada, pero ella sí.
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