lunes, 3 de mayo de 2021

LAS MARAVILLAS. Elena Medel.

Con 17 años se convirtió en una de las voces de referencia en la poesía española del siglo XXI. Ahora tiene 35 y se estrena como novelista con “Las maravillas”, una historia de familia, precariedad y periferia.
 
SINOPSIS:
Las maravillas es una novela sobre el dinero. Una novela sobre la falta de dinero: sobre la manera en la que nos define el dinero que no tenemos. Es también una novela sobre cuidados, responsabilidades y expectativas; sobre la precariedad que no responde a la crisis sino a la clase, y sobre quiénes −qué voces, en qué circunstancias− contarán las historias que nos permitan conocer nuestros orígenes y nuestro pasado. Las maravillas recorre las últimas décadas de la historia de España: desde el final de la dictadura hasta el estallido feminista, contado desde la periferia de una gran ciudad y en las voces −y en los cuerpos− de quienes no pueden manifestarse porque tienen que trabajar. En Las maravillas, a su manera una novela de aprendizaje, hay también pisos compartidos, líneas lentas del transporte público, raciones en bares con platos salpicados de aceite. Y de nuevo: la falta de dinero. Sobre eso trata esta novela deslumbrante, que ya antes de su publicación ha seducido a algunos de los más destacados editores internacionales y se encuentra en proceso de traducción al alemán, el inglés, el griego y el neerlandés.
 
La editora y poeta publica su primera novela de ficción, “Las maravillas”, una historia de dos mujeres de dos generaciones muy distintas, conectadas por su clase y su género. La historia de Alicia y María: dos mujeres muy distintas pero cuyas vidas parecen reflejarse la una en la otra. Ambas abandonan Córdoba para trabajar en Madrid, ambas se enfrentan a la precariedad día a día, a la vida en barrios de clase obrera, a la incomprensión masculina y la búsqueda de un espacio vital propio. Las separan unas calles y treinta años de historia. Aunque no se conocen en persona, Alicia es la nieta de María. Esta información no la recibirá el lector de forma inmediata en la historia.
El tiempo de la novela abarca desde 1969 hasta 2018. Podréis asomarnos, en concreto, a la España anónima de los últimos cincuenta años, desde el final del franquismo hasta la movilización feminista del 8 de marzo de 2018.
¿Habríamos sido diferentes de haber nacido en otro lugar, en otro tiempo, en otro cuerpo? Dos son las ideas constructivas que sustentan la novela: cómo el dinero marca la vida de las personas y cómo la mujer queda subordinada socialmente a la figura del hombre. De forma clara, esta obra de Elena Medel es más una novela de ideas que de trama.
La autora reflexiona sobre la precariedad de clase, el feminismo, los cuidados, las responsabilidades y las expectativas.
No es solo el miedo a no tener lo básico, “Las maravillas”, también muestra el miedo a muchas más cosas: miedo a los afectos, miedo al compromiso de pareja, miedo a perder la libertad ante los sentimientos de otras personas… Todos esos miedos laten en la novela que refleja un duelo interior en cada una de las dos mujeres que protagonizan la obra entre dinero-afecto-libertad.
Historias de mujeres trabajadoras, que ambicionan lo que no pueden comprar; novela sobre la fragilidad de los lazos maternales; libro sobre la supervivencia, sobre la desigualdad, sobre la infancia como destino; relato con múltiples lecturas, donde tú tendrás que elaborar la propia; sin duda, lectura que habrá que tenerse en la lista.
 
Medel va intercalando a sus dos protagonistas y tiempos narrativos. La novela, desde 1969 a 2018, como ya dije, abarca unos cincuenta años de la historia de España.
El lenguaje de “Las maravillas” está trabajado, sin duda. Pese a la trayectoria de la escritora, que debuta aquí como novelista, después de una extensa carrera como poeta, no sucumbe aquí a descripciones líricas que despisten de su propósito marcado ante las ideas que se ha propuesto exponer.
Uno de los aciertos de la novela es su estructura narrada a través de la alternancia de las voces de María y Alicia, de historias y de tiempos en los que el ritmo narrativo cambia y las descripciones juegan un papel crucial en determinados momentos para que el lector no solo reflexione a través de las voces sino que también vea y sienta.
Novela con una estructura de ida y vuelta, con saltos temporales que arranca y termina. La trama diseñada con un ritmo narrativo a ratos lento, y por momentos agitado; las historias de las dos protagonistas son narradas de manera alternada, con una prosa seca, rasposa, impropia quizá de una poeta, pero que funciona, porque en la historia que cuenta, no aparecen príncipes azules, y por tanto, no guarda parecido con cuentos de Hadas ni de Cenicientas.
La frescura literaria de una narración que pone en valor la relación intergeneracional con un acento especial en las mujeres, no siempre visibles en otras grandes obras literarias. Esta autora cordobesa sorprende ahora con una historia potente, sin cortapisas. Una novela con un vigor despiadado de una narradora joven convencida de que narrar te compromete, sino con la verdad, sí con la certidumbre como telón de fondo. El lenguaje austero para describir unas vidas desvencijadas, sin tapujos y concesiones, es poderoso y descorazonador.
 
En “Las maravillas” Elena Medel entra en las vidas de dos mujeres de generaciones distintas, en su cotidianidad. Dos mujeres españolas en las que repercute la historia del país, pero también la situación universal que vive la mujer, lo que otorga a la novela un carácter universal. Son poco habituales en la narrativa contemporánea, no lo es menos el enfoque que Medel adopta de la primera a la última línea.
La escritora enlaza las desventuras de tres mujeres de la misma sangre (abuela, madre, hija), que sin embargo a duras penas forman "una familia".
Alicia: interesante personaje, que comparte el protagonismo de la novela con su abuela María, porque lo que es Carmen, su madre, parece una figura fantasmal, un personaje en la sombra, que se difumina entre la simpatía y solidaridad que me provocó María, y la animadversión y rechazo que a ratos me causó Alicia.
Los matices y las sombras les aportan complejidad y, además, las vuelven complementarias: mientras María evoluciona hacia la independencia personal y la solidaridad que representa el movimiento feminista, ella va descubriendo el feminismo conforme pasa su vida y va siendo consciente de las cosas en base a experiencias. A ella nadie le ha explicado nada. Alicia se refugia de un pasado traumático y la precariedad emocional en la ocultación y el sexo clandestino. Alicia es un personaje que no tiene nada de simbólico ni de generacional, porque va totalmente a la contra.
 
Léanlo, hagan la prueba. El mundo que describe el libro no es, a fin de cuentas, distinto de aquel en el que vivimos.
 
 

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