Con
17 años se convirtió en una de las voces de referencia en la poesía española
del siglo XXI. Ahora tiene 35 y se estrena como novelista con “Las maravillas”, una historia de
familia, precariedad y periferia.
SINOPSIS: Las maravillas
es una novela sobre el dinero. Una novela sobre la falta de dinero: sobre la
manera en la que nos define el dinero que no tenemos. Es también una novela
sobre cuidados, responsabilidades y expectativas; sobre la precariedad que no
responde a la crisis sino a la clase, y sobre quiénes −qué voces, en qué
circunstancias− contarán las historias que nos permitan conocer nuestros
orígenes y nuestro pasado. Las maravillas recorre las últimas décadas de la
historia de España: desde el final de la dictadura hasta el estallido
feminista, contado desde la periferia de una gran ciudad y en las voces −y en
los cuerpos− de quienes no pueden manifestarse porque tienen que trabajar. En
Las maravillas, a su manera una novela de aprendizaje, hay también pisos
compartidos, líneas lentas del transporte público, raciones en bares con platos
salpicados de aceite. Y de nuevo: la falta de dinero. Sobre eso trata esta
novela deslumbrante, que ya antes de su publicación ha seducido a algunos de
los más destacados editores internacionales y se encuentra en proceso de
traducción al alemán, el inglés, el griego y el neerlandés.
La
editora y poeta publica su primera novela de ficción, “Las maravillas”, una historia de dos mujeres de dos generaciones
muy distintas, conectadas por su clase y su género. La historia de Alicia y
María: dos mujeres muy distintas pero cuyas vidas parecen reflejarse la una en
la otra. Ambas abandonan Córdoba para trabajar en Madrid, ambas se enfrentan a
la precariedad día a día, a la vida en barrios de clase obrera, a la
incomprensión masculina y la búsqueda de un espacio vital propio. Las separan
unas calles y treinta años de historia. Aunque no se conocen en persona, Alicia
es la nieta de María. Esta información no la recibirá el lector de forma
inmediata en la historia.
El
tiempo de la novela abarca desde 1969 hasta 2018. Podréis asomarnos, en
concreto, a la España anónima de los últimos cincuenta años, desde el final del
franquismo hasta la movilización feminista del 8 de marzo de 2018.
¿Habríamos
sido diferentes de haber nacido en otro lugar, en otro tiempo, en otro cuerpo? Dos
son las ideas constructivas que sustentan la novela: cómo el dinero marca la
vida de las personas y cómo la mujer queda subordinada socialmente a la figura
del hombre. De forma clara, esta obra de Elena Medel es más una novela de ideas
que de trama.
La
autora reflexiona sobre la precariedad de clase, el feminismo, los cuidados,
las responsabilidades y las expectativas.
No
es solo el miedo a no tener lo básico, “Las
maravillas”, también muestra el miedo a muchas más cosas: miedo a los
afectos, miedo al compromiso de pareja, miedo a perder la libertad ante los sentimientos
de otras personas… Todos esos miedos laten en la novela que refleja un duelo
interior en cada una de las dos mujeres que protagonizan la obra entre
dinero-afecto-libertad.
Historias
de mujeres trabajadoras, que ambicionan lo que no pueden comprar; novela sobre
la fragilidad de los lazos maternales; libro sobre la supervivencia, sobre la
desigualdad, sobre la infancia como destino; relato con múltiples lecturas,
donde tú tendrás que elaborar la propia; sin duda, lectura que habrá que
tenerse en la lista.
Medel
va intercalando a sus dos protagonistas y tiempos narrativos. La novela, desde
1969 a 2018, como ya dije, abarca unos cincuenta años de la historia de España.
El
lenguaje de “Las maravillas” está
trabajado, sin duda. Pese a la trayectoria de la escritora, que debuta aquí
como novelista, después de una extensa carrera como poeta, no sucumbe aquí a
descripciones líricas que despisten de su propósito marcado ante las ideas que
se ha propuesto exponer.
Uno
de los aciertos de la novela es su estructura narrada a través de la
alternancia de las voces de María y Alicia, de historias y de tiempos en los
que el ritmo narrativo cambia y las descripciones juegan un papel crucial en
determinados momentos para que el lector no solo reflexione a través de las
voces sino que también vea y sienta.
Novela
con una estructura de ida y vuelta, con saltos temporales que arranca y
termina. La trama diseñada con un ritmo narrativo a ratos lento, y por momentos
agitado; las historias de las dos protagonistas son narradas de manera
alternada, con una prosa seca, rasposa, impropia quizá de una poeta, pero que
funciona, porque en la historia que cuenta, no aparecen príncipes azules, y por
tanto, no guarda parecido con cuentos de Hadas ni de Cenicientas.
La
frescura literaria de una narración que pone en valor la relación
intergeneracional con un acento especial en las mujeres, no siempre visibles en
otras grandes obras literarias. Esta autora cordobesa sorprende ahora con una
historia potente, sin cortapisas. Una novela con un vigor despiadado de una
narradora joven convencida de que narrar te compromete, sino con la verdad, sí
con la certidumbre como telón de fondo. El lenguaje austero para describir unas
vidas desvencijadas, sin tapujos y concesiones, es poderoso y descorazonador.
En
“Las maravillas” Elena Medel entra en
las vidas de dos mujeres de generaciones distintas, en su cotidianidad. Dos
mujeres españolas en las que repercute la historia del país, pero también la
situación universal que vive la mujer, lo que otorga a la novela un carácter
universal. Son poco habituales en la narrativa contemporánea, no lo es menos el
enfoque que Medel adopta de la primera a la última línea.
La
escritora enlaza las desventuras de tres mujeres de la misma sangre (abuela,
madre, hija), que sin embargo a duras penas forman "una familia".
Alicia:
interesante personaje, que comparte el protagonismo de la novela con su abuela
María, porque lo que es Carmen, su madre, parece una figura fantasmal, un
personaje en la sombra, que se difumina entre la simpatía y solidaridad que me
provocó María, y la animadversión y rechazo que a ratos me causó Alicia.
Los
matices y las sombras les aportan complejidad y, además, las vuelven complementarias:
mientras María evoluciona hacia la independencia personal y la solidaridad que
representa el movimiento feminista, ella va descubriendo el feminismo conforme
pasa su vida y va siendo consciente de las cosas en base a experiencias. A ella
nadie le ha explicado nada. Alicia se refugia de un pasado traumático y la
precariedad emocional en la ocultación y el sexo clandestino. Alicia es un
personaje que no tiene nada de simbólico ni de generacional, porque va
totalmente a la contra.
Léanlo,
hagan la prueba. El mundo que describe el libro no es, a fin de cuentas,
distinto de aquel en el que vivimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario