Eva
García Sáenz de Urturi ha escrito una novela histórica que ha ganado el Planeta
2020. En ella, la autora de la célebre saga “La ciudad Blanca”, aglutina
venganzas y misterios en una Europa en ciernes.
SINOPSIS: 1137. El duque de Aquitania
—la región más codiciada de Francia— aparece muerto en Compostela. El cuerpo
queda de color azul y con la marca del «águila de sangre», una ancestral
tortura normanda. Su hija Eleanor decide vengarse y para ello se casa con el hijo
del que cree su asesino: Luy VI el Gordo, rey de Francia.
Pero
el propio rey muere durante la boda en idénticas circunstancias. Eleanor y Luy
VII intentarán averiguar, junto con los gatos aquitanos —los épicos espías de
los duques—, quién quiere a los inexpertos reyes en el trono.
Décadas
antes de la muerte del duque de Aquitania, un niño sin nombre es abandonado en
un bosque por sus cinco madres. Acaso un monstruo, o tal vez un santo, el
pequeño superviviente acabará convirtiéndose en uno de los hombres más
excepcionales del medievo europeo.
En
este caso, os traslada a 1.137, comienzos del S. XII. ¿Novela histórica? Sí,
aunque convendría dejar claro desde el primer momento que es lo que vais a
encontrar en esta novela.
“Aquitania” rompe esquemas,
y os acerca a los personajes históricos que la protagonizan para llegar a
entenderlos a la perfección, e incluso poneros en su piel. La novela desnuda a
los protagonistas ante el lector, hasta el punto de hacerle empatizar ante las
más atroces decisiones que marcan las tramas y cambian el destino de cada uno
que las componen.
Por
un lado, os narra la historia de una mujer empoderada que tuvo que crecer
demasiado rápido y convertirse en una líder fuerte y poderosa. Eleanor es una
niña de 13 años, cuando tras la inesperada muerte de su padre, debe adoptar el
rol de duquesa de Aquitania y empezar a gobernar la región. Por otro lado,
entraréis a Luy, es un adolescente nada interesado en reinar; su padre, el rey
de Francia, lo empuja a un matrimonio concertado con la duquesa para
beneficiarse de sus riquezas. Ambos descubrirán que tienen cosas en común y
empezarán a apoyarse en su andadura aunque las intrigas de palacio les vayan a
complicar su reinado.
Otra
de las partes interesantes del argumento, os mezcla la magia y los poderes de
la sanación, la obsesión de adquirir territorios y tronos, lo que la convierte
en una novela llena de acción. La cristiandad y el paganismo tienen una fuerte
presencia en una historia marcada por las cruzadas donde son un episodio
importante para la protagonista y el desenlace de la novela. Además, la
frialdad de la corte del reino y la religión antepone a lo que Dios reclama,
por tanto, destaca. Así mismo el poder del dinero es una baza importante en la
tensión de la novela.
Imprescindible
destacar la excelente gestión de documentación en el escenario histórico y
social que en el que se vivió, os regala el vocabulario castellano medieval y
exquisito de la época, os acerca a animales mitológicos, os enseña oficios
añorados para los amantes de los bellos manuscritos –los ilustradores-, os
habla de las propiedades de las piedras o de los venenos tan eficaces en
aquella época. Recrea sutilmente las horribles torturas medievales y de la
depravación de los hombres poderosos que se creían con derecho a utilizar la
vida de sus vasallos según su placer.
Los
mismos pecados que cometían grandes hombres de la iglesia.
El
ritmo de la historia, se centra en una época en la que la protagonista debe
ejercer de tapadillo, mediante las intrigas palaciegas, todo tipo de
tejemanejes, justificables cuando se utilizan para combatir creencias insólitas
e irracionales y leyes injustas.
Es
un libro de pequeñas historias que se entrelazan y que van contando partes de
un todo.
Pero
lo que más me ha gustado es poder vivir el día de los personajes, las intrigas
palaciegas, las traiciones, los amores imposibles y los que van gestando poco a
poco tejiendo la trama. Todo ello bien hilado y con la cuestión de fondo de la
investigación de la muerte del padre de Eleanor. Eva García Sáenz de Urturi,
como de costumbre, me ha mantenido, pegado al libro.
Envuelve
al lector desde el primer momento gracias a su lenguaje verosímil y preciso,
una narrativa cuidada, tan esplendida en recursos como repleta de reveladoras
imágenes.
La
novela tiene una lectura ligera y cómoda, la prosa utilizada es un elemento
imprescindible que conduce al lector a bucear en la historia y lo traslada a
escenarios, tiempos y sucesos que marcan todas y cada una de las tramas que
giran en torno a Eleanor y a sus raíces aquitanas.
Otro
punto interesante, es lo pictórico de los escenarios y el ambiente. Existe un
interés por recrear la vida del medievo muy lograda. No solo a nivel de la
corte, sino en aquellos escenarios donde el campesinado y la calle toman lugar.
Esto tiñe a la novela de olores e imágenes que destellan y permiten recrear una
sociedad feudal bien articulada y encantadora.
En
la obra, no podría faltar, la corrupción del poder político y también de la
iglesia, los manejos de cualquier tipo para obtener poder y riqueza, la
manipulación de las vidas, los abusos, la tortura, la facilidad para hacer
desaparecer a los que no comulgaban con sus creencias, el poco valor de la
vida.
Pero
a lo que vamos, “Aquitania” cuyo
resultado es una novela enclavada en la Edad Media y con Eleanor como
protagonista absoluta. El libro se centra en unos años de su vida siendo muy
jovencita. No es una biografía de este personaje histórico ya que está novelado
y aderezado con un misterio, el que rodea a la muerte del padre de la
protagonista.
Lo
único que me ha parecido poco inusual es que los personajes fueran de tan corta
edad. Aun teniendo en cuenta que está ambientada en 1.137, Eleanor es una cría para
tener tanta responsabilidad sobre sus hombros y su comportamiento muchas veces
es la de una mujer adulta. Una madurez poco probable.
La
protagonista posee una fortaleza y una independencia firme. Para empezar,
encontré interesante que el foco y el peso de la trama descansen sobre una
figura femenina que busca sobrevivir en un mundo de hombres. Esto genera desde
el comienzo un tirón en la novela que atrapa.
Con
todo lo anterior, no solo se limita a Eleanor, sino que son las mujeres quienes
hilan las distintas argucias que se suscitan en la trama, mostrando personajes
inteligentes, atrevidos y que de alguna forma sostienen y dirigen el poder del
reino.
La
autora sitúa a los personajes en un tablero de ajedrez donde cada cual utiliza
con cuidado sus movimientos. Además, estos dialogan con un registro verosímil
propio de la época y construyen un mundo de intrigas familiares. El futuro de
la realeza, los herederos y los vasallos se mezclan en una comunión que se
avecina compleja. Sáenz de Urturi utiliza un amplio abanico de personajes
difíciles de manejar de forma equilibrada. Los personajes están presentados de
tal forma que ves cómo van madurando ante tus ojos y la opinión que te vas
formando, en un principio, va cambiando amoldándose a los actos y pensamientos
de estos.
Sin
embargo, lo hace sin dejar cabos sueltos y consigue despertar en el lector un
sentimiento de importancia por la maldad y la humillación a la que algunos
personajes se ven sometidos.
La
escritora vitoriana abre aquí muchas líneas diferentes que permitirán analizar
en profundidad a los personajes, su psicología y su capacidad de decisión, así
como los hechos históricos de manera pormenorizada especificando sin necesidad
de grandes y tediosas descripciones. Impele a adentraros más en su historia
real, para averiguar cuánto hay de verdad y cuánto de ficción en el relato de
la autora.
Un
cautivador thriller histórico que atraviesa un siglo repleto de venganzas,
incesto y batallas.
Un
turbador misterio en torno a tres vidas que forjaron lo que más tarde se
llamará Europa.
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