El libro que
nos ocupa, primera novela del autor y con paralelismos con su propia vida, fue
rechazado por más de cuarenta editoriales hasta que el autor logró su
publicación. Ha logrado con ella el Premio Booker 2020, el galardón más
importante de las letras británicas.
Sinopsis: A principios de los ochenta,
Glasgow agoniza: la que fuera una próspera ciudad minera se ve ahora azotada
por las políticas de Thatcher, que empujan a las familias al desempleo y el
desaliento. Agnes Bain es una mujer bellísima y sin suerte que siempre soñó con
alcanzar una vida mejor: una casa bonita y una felicidad que no tuviera que
pagar a plazos. Cuando su marido, un taxista expansivo y mujeriego, la abandona
por otra, Agnes se ve sola a cargo de tres hijos en un barrio sumido en la
miseria y la decepción, hundiéndose más y más en el pozo sin fondo de la
bebida. Sus hijos harán lo posible por salvarla, pero, obligados ellos mismos a
salir adelante, acabarán por rendirse uno a uno. Todos menos Shuggie, el hijo
menor, el único que se niega a ceder, el que con su amor incondicional mantiene
a flote a Agnes. A Shuggie, un niño sensible, amanerado y un tanto redicho, le
mortifica que los hijos de los mineros se rían de él y que los adultos lo
tachen de «distinto», pero, testarudo como es, también está convencido de que
si se esfuerza al máximo conseguirá ser tan «normal» como los demás chicos y
logrará ayudar a su madre a escapar de este lugar sin esperanza.
Douglas
Stuart ofrece con “Historia de Shuggie
Bain” una historia completamente desgarradora, ambientada en la escocia de
los años 1980. Stuart plantea una crítica muy contundente sobre la política
anglosajona de esos años, cuando golpeaba las políticas de Thatcher en la sociedad
de Glasgow.
El
relato que el autor hace a nivel emocional y familiar es terriblemente
descriptivo y abrumador; el autor se adentra en el nivel psicológico y retrata
la tremenda dureza de la vida, de las adicciones, de la mísera. Una fotografía
terriblemente humana y triste, desoladora, de quien tiene la vida envuelta de
un vacío existencial que no sabe cómo llenar. Con este escenario y este
trasfondo social y con una familia disfuncional, son los polos que se mueven en
la trama.
Es
una novela sobre la pobreza y los límites del amor, una narración que, con su
compasiva mirada a la dolorosa lucha de una mujer sometida a humillaciones y
vejaciones, se erige en un emocionante homenaje a la fe inquebrantable de un
hijo que mantiene a flote a su madre con su amor incondicional.
Ahí
reside gran parte de la potencia emocional de esta obra despiadada pero
profundamente humanista. Dicho así podría parecer la terrible historia que se
alza y se convierte en un héroe, pero estáis en realidad ante la historia de
amor de un hijo hacia su madre, a la que cuida con toda abnegación y
compartiréis con una mirada inocente el sufrimiento de verla caer cada vez en
un estado deplorable que condiciona su vida.
La
novela es el resultado de un realismo lírico en el que ambas partes se
equilibran para dar lugar a una novela sobresaliente, de esas que uno encuentra
por casualidad. Una historia en carne viva…
En
todo ello, casi la versión autobiográfica del escritor, también homosexual,
profesó a su madre desintegrada bajo los efectos del alcohol y que murió cuando
él tenía 16 años.
Es
una historia de supervivencia, de retortijones y de adicción, pero a la vez de
complicidad, sarcasmo y valentía. De desafiar a las calles, amistades tóxicas,
de una compasión tan pura y tan honda que sería insoportable de sobrellevar si
no exudara compasión en cada párrafo.
Definir
la novela en una sola palabra, esa sería Amor.
“Historia de
Shuggie Bain”
es una novela tierna y devastadora sobre la miseria y los límites del amor, una
novela que, con su compasiva mirada a la dolorosa lucha de una mujer contra su
propia destrucción, se erige en un emocionante homenaje a la fe inquebrantable
de un hijo decidido a salvar a su madre cueste lo que cueste.
Más
de quinientas densas páginas y una historia que se alarga en los años, que
acompaña a los personajes y los ve crecer o desvaírse, que describe con todo
lujo de detalles sus temperamentos, sus circunstancias, sus luchas y sus claudicaciones.
De
puertas a fuera o puertas adentro prevalecen los valores de una sociedad
machista, episodios de violencia física y sexual, domésticas y callejeras,
acoso escolar y la homofobia fluye con naturalidad por los capilares de la
comunidad impregnan la atmósfera de la novela de degradación, sin ahorrar un
gramo de sordidez con un lenguaje descarnado, cuando no brutal.
En
este arsenal narrativo, esta novela está llena de sabiduría; la vergüenza y la
pobreza convergen en un estímulo de dignidad que se vuelve casi innecesarias
pero que, en definitiva, mueve a sus personajes hacia un futuro no muy lejano
dentro de la trama.
Stuart,
pese a ser su primera novela, escribe con la solvencia de un escritor
consumado, avezado en descubrir y dar cuenta de las pulsiones del alma y de
aquellos seres socialmente atribulados.
Su
capacidad para mostrar no solo el humor que subyace a la tristeza de la
existencia, sino también de la bondad, la gracia que ilumina las vidas vividas
al límite, hacen de esta novela una historia conmovedora y digna de elogio. En
última instancia, esta es una historia estremecedora y bellamente escrita sobre
la familia, el abuso y la fortaleza individual para soportar lo insoportable y
más.
Da
la vuelta al lado feo de la humanidad para encontrar la suavidad y la belleza
que hay debajo… Esta belleza qué contra todo pronóstico, sobrevive.
Con
un elenco de personajes que son tan adorables, como a veces, despreciables,
abarcaran un período de poco más de un década y se encuentran enmarcada entre
varios generaciones de trabajadores de Glasgow. La excepcional novela de
Douglas Stuart arroja una luz incesante sobre todos aquellos que existen en los
márgenes de la sociedad o, con demasiada frecuencia, debajo de ella.
Mujeres,
hombres y niños que son noticia sólo cuando sus vidas de silenciosa
desesperación se convierten en algo terrible o aterrador que contar.
Tras
esta entrada en la que el autor presenta al joven Shuggie, el libro da un salto
al pasado, a 1981 en Sighthill y presenta al resto de la familia del
protagonista. Personajes a destacar en la obra: Shuggie es un niño amanerado
que le gusta vivir bien y hacerse acompañar de su inseparable muñeca. Su día a
día representa una continua pelea contra una supuesta “normalidad” que le
impone su entorno, hostil y nada tolerante. En el otro extremo está Agnes, su
madre, una belleza malograda por el alcohol y las adicciones, que la han
maltratado física y psicológicamente. Una mujer que, en el fondo y a pesar de
sus demonios, merece el amor de su hijo. Una historia de relación tormentosa
entre dos personajes trágicos.
Como
un gran tapiz humano, de hecho, todos los personajes que conviven y que rodean
a la pareja central aparecen descritos con una fuerza narrativa y lírica
notable. Los disgregados hermanos de Shuggie, su miserable padre, sus
irresponsables abuelos. Stuart pinta, un gran fresco de una familia si me
permiten la expresión: “para échales de comer aparte” y disfuncional, junto con
una educación negligente en un entorno deprimido.
La
“Historia de Shuggie Bain” es una
novela magnífica de la que se disfruta a pequeños sorbos.
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