Enrédane al terciopelo
de tus brazos
aunque muestres resistencia.
Enhébrame en el hilo
de tus manos
con ti lagodón de seda.
Saca mil agujas enlazadas a mi alma
y téjeme en tu pelo;
fabrícame en poliéster dos coartadas
para esconderme de mis miedos.
Hazme un abrigo
que me proteja por la calle
y un pijama de lino
que por la noche me acompañe.
Plancha las arrugas de mis manos
y escribe en tu etiqueta "Delicado"
para que en la torpeza
de la centrifugación
de mis dudas
no encojan tus puntadas.
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