Yo
aprendí tantas cosas con el tiempo
como
amarte sin medida y sin pretextos,
tú
también me amaste no lo olvido,
pero
algo cambió de repente en nosotros.
Comenzamos
a olvidar las cosas más valiosas
como
el beso cálido,
como
la sonrisa tierna,
las
palabras con su encanto,
aquellas
que nos decíamos sin cálculos ni reservas.
Había
algo que nos cautivaba siempre,
no
creo que había pretensión al querer que durara,
pero
siendo presente muchas cosas tienen sabor a pasado.
el
deseo de perennizar algo que nos unía,
y
que juntos pensamos que era amor verdadero.
Ya
no se puede encontrar espontaneidad
ni
en las risas, ni en las locuras,
por
instantes parecemos dos extraños,
aun
sabiendo que en algún momento nos amamos.
Ahora
existe otra dirección para mirar
porque
ya no te tengo,
tampoco
me tienes,
el
olvido ya me está gobernando.
Aunque
mis ojos parezcan infinitos
en
tu eterno mirar.
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