“Cara de pan” es la quinta novela
publicada por la escritora madrileña afincada en Sevilla Sara Mesa.
SINOPSIS: «La primera vez la coge tan
desprevenida que se sobresalta al verlo.» El encuentro se produce en un parque.
Ella es Casi, una adolescente de «casi» catorce años; él, el Viejo, tiene
muchos más.
El
primer contacto es casual, pero volverán a verse en más ocasiones. Ella huye de
las imposiciones de la escuela y tiene difi cultades para relacionarse. A él le
gusta contemplar los pájaros y escuchar a Nina Simone, no trabaja y arrastra un
pasado problemático.
Estos
dos personajes escurridizos y heridos establecerán una relación impropia,
intolerable, sospechosa, que provocará incomprensión y rechazo y en la que no
necesariamente coincide lo que sucede, lo que se cuenta que sucede y lo que se
interpreta que sucede.
Una historia elusiva,
obsesiva, inquietante y hasta incómoda, pero al mismo tiempo extrañamente
magnética, en la que palpitan el tabú, el miedo al salto al vacío de la vida
adulta y la dificultad de ajustarse a las convenciones sociales... La ambiciosa
carrera literaria de Sara Mesa da un nuevo paso adelante con esta novela sobre
dos seres desarraigados cuyos destinos se entrecruzan en un parque, una defensa
de la inadaptación y la diferencia.
Lo
más interesante de la literatura de Sara Mesa es que se ocupa de aquellos a los
que la literatura ha ignorado desde siempre. Es una historia arriesgada que
narra la relación que se establece entre dos personajes muy distintos y
peculiares. Casi es una niña de catorce años, y un adulto de cincuenta años al
que la protagonista llama simplemente viejo.
La
adolescente se siente un poco fuera de lugar en el instituto, decide una mañana
dejar de ir a clase. Desde ese día pasa las mañanas escondida entre los setos
de un parque de su ciudad hasta que se haga la hora de volver a casa. Es allí,
que un inesperado día, se encuentra con viejo, un adulto con problemas de
relación sociales que parece vivir al margen de la sociedad.
Cuando
la relación es descubierta por los padres de Casi a través de un diario que
ella escribe. Todo lo que anota no es la realidad, sino que fantasea sus
encuentros con viejo.
Porque
Casi inventa lo que debía ocurrir y no ocurre. El diario será la clave de la
resolución y el cataclismo de la trama. Dos son los niveles en que se presenta
y desarrolla la anécdota, el de la realidad de las mañanas pasadas en el parque
y el de la ficción descrita por la adolescente en su diario.
Ambos
niveles realidad y ficción, vienen a confundirse y a fusionarse en la historia
relatada de manera admirable ante los ojos del lector que lea el libro.
“Cara de pan” es moralmente
ambigua, o quizás clasificarla sutilmente de amoral. Es el fruto de las ideas
preconcebidas, aquello que Sara Mesa pretende combatir al sembrar la duda ante
cualquier lector, derribar esquemas y convencionalismos sociales. Es un libro
sobre los tabúes de nuestros días, los prejuicios y la incomprensión para quien
busque una lectura crítica.
Pero
a la vez, trata explícitamente temas como la soledad, el aislamiento, la
singularidad y la necesidad de comunicación, pero, además, implícitamente otros
como el bullying, la afirmación sexual, el género y el fracaso personal.
Con
este argumento, aparentemente muy sencillo, la autora construye una magnífica
historia, que cuenta con los elementos de suspensé necesarios para mantener en
vilo al lector. El resultado bien escrita y se lee con gusto.
Entre
las cosas más destacadas de esta novela quiero quedarme con el tono, Sara
escoge una mirada casi infantil para acercarnos a la historia, que envuelve en
una naturaleza profunda, cuestionable, azarosa y crítica. La autora logra sin
aparente esfuerzo generar una rebelión interna, como es su costumbre, confunde
las cosas, mezcla lo que se espera, lo que se teme y lo que prejuzga para que
encaje con lo que es o con lo que no tiene nombre.
Se
atribuye a la autora una escritura exenta de artificialidad, con una prosa en
apariencia trasparente y a su vez desnuda a los personajes. Una selección de
palabras que suena natural y sin embargo, consigue levantar siempre alguna
sospecha, un cierto desasosiego ante la espera de que algo va a ocurrir y te
llega por dos vías; la de la técnica y desde las emociones.
Un
estilo maduro y pausado con un dominio del tempo que hace de la narración un
objeto de disfrute a mitad camino entre el relato y la novela. Consigue
sostener, con tan pocos elementos un limitado número de personajes y un espacio
reducido, no está al alcance de cualquiera.
En
este sentido estáis ante una novela de aprendizaje. Ambos, Casi y viejo, son
personajes escurridizos que existen en un mundo que los ignora. En este caso la
conjunción de dos mundos tan distantes está excelentemente descrita. Como también
el drama interior de ambos personajes, cada uno en su mundo, pero ambos con una
historia personal de sufrimiento que encuentra consuelo con la compañía del
otro y van descubriendo sus polos de atracción. Casi es una adolescente
inadaptada, insegura; de sentimientos contradictorios y vulnerables y sobre
todo de imaginación peligrosa. Viejo es un personaje poliédrico, enigmático y
sorprendente; impera la cautela y la distancia; una malicia inexistente que
habla como un niño que nunca miente. Cómplices en la construcción de un
escenario distinto donde representar escenas nuevas, fuera de los
convencionalismos sociales. Y lo hacen con nombres recién estrenados.
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