lunes, 29 de mayo de 2023

CARA DE PAN. Sara Mesa.

“Cara de pan” es la quinta novela publicada por la escritora madrileña afincada en Sevilla Sara Mesa.
 
SINOPSIS: «La primera vez la coge tan desprevenida que se sobresalta al verlo.» El encuentro se produce en un parque. Ella es Casi, una adolescente de «casi» catorce años; él, el Viejo, tiene muchos más.
El primer contacto es casual, pero volverán a verse en más ocasiones. Ella huye de las imposiciones de la escuela y tiene difi cultades para relacionarse. A él le gusta contemplar los pájaros y escuchar a Nina Simone, no trabaja y arrastra un pasado problemático.
Estos dos personajes escurridizos y heridos establecerán una relación impropia, intolerable, sospechosa, que provocará incomprensión y rechazo y en la que no necesariamente coincide lo que sucede, lo que se cuenta que sucede y lo que se interpreta que sucede.
Una historia elusiva, obsesiva, inquietante y hasta incómoda, pero al mismo tiempo extrañamente magnética, en la que palpitan el tabú, el miedo al salto al vacío de la vida adulta y la dificultad de ajustarse a las convenciones sociales... La ambiciosa carrera literaria de Sara Mesa da un nuevo paso adelante con esta novela sobre dos seres desarraigados cuyos destinos se entrecruzan en un parque, una defensa de la inadaptación y la diferencia.
 
Lo más interesante de la literatura de Sara Mesa es que se ocupa de aquellos a los que la literatura ha ignorado desde siempre. Es una historia arriesgada que narra la relación que se establece entre dos personajes muy distintos y peculiares. Casi es una niña de catorce años, y un adulto de cincuenta años al que la protagonista llama simplemente viejo.
La adolescente se siente un poco fuera de lugar en el instituto, decide una mañana dejar de ir a clase. Desde ese día pasa las mañanas escondida entre los setos de un parque de su ciudad hasta que se haga la hora de volver a casa. Es allí, que un inesperado día, se encuentra con viejo, un adulto con problemas de relación sociales que parece vivir al margen de la sociedad.
Cuando la relación es descubierta por los padres de Casi a través de un diario que ella escribe. Todo lo que anota no es la realidad, sino que fantasea sus encuentros con viejo.
Porque Casi inventa lo que debía ocurrir y no ocurre. El diario será la clave de la resolución y el cataclismo de la trama. Dos son los niveles en que se presenta y desarrolla la anécdota, el de la realidad de las mañanas pasadas en el parque y el de la ficción descrita por la adolescente en su diario.
Ambos niveles realidad y ficción, vienen a confundirse y a fusionarse en la historia relatada de manera admirable ante los ojos del lector que lea el libro.
“Cara de pan” es moralmente ambigua, o quizás clasificarla sutilmente de amoral. Es el fruto de las ideas preconcebidas, aquello que Sara Mesa pretende combatir al sembrar la duda ante cualquier lector, derribar esquemas y convencionalismos sociales. Es un libro sobre los tabúes de nuestros días, los prejuicios y la incomprensión para quien busque una lectura crítica.
Pero a la vez, trata explícitamente temas como la soledad, el aislamiento, la singularidad y la necesidad de comunicación, pero, además, implícitamente otros como el bullying, la afirmación sexual, el género y el fracaso personal.
Con este argumento, aparentemente muy sencillo, la autora construye una magnífica historia, que cuenta con los elementos de suspensé necesarios para mantener en vilo al lector. El resultado bien escrita y se lee con gusto.
 
Entre las cosas más destacadas de esta novela quiero quedarme con el tono, Sara escoge una mirada casi infantil para acercarnos a la historia, que envuelve en una naturaleza profunda, cuestionable, azarosa y crítica. La autora logra sin aparente esfuerzo generar una rebelión interna, como es su costumbre, confunde las cosas, mezcla lo que se espera, lo que se teme y lo que prejuzga para que encaje con lo que es o con lo que no tiene nombre.
Se atribuye a la autora una escritura exenta de artificialidad, con una prosa en apariencia trasparente y a su vez desnuda a los personajes. Una selección de palabras que suena natural y sin embargo, consigue levantar siempre alguna sospecha, un cierto desasosiego ante la espera de que algo va a ocurrir y te llega por dos vías; la de la técnica y desde las emociones.
Un estilo maduro y pausado con un dominio del tempo que hace de la narración un objeto de disfrute a mitad camino entre el relato y la novela. Consigue sostener, con tan pocos elementos un limitado número de personajes y un espacio reducido, no está al alcance de cualquiera.
 
En este sentido estáis ante una novela de aprendizaje. Ambos, Casi y viejo, son personajes escurridizos que existen en un mundo que los ignora. En este caso la conjunción de dos mundos tan distantes está excelentemente descrita. Como también el drama interior de ambos personajes, cada uno en su mundo, pero ambos con una historia personal de sufrimiento que encuentra consuelo con la compañía del otro y van descubriendo sus polos de atracción. Casi es una adolescente inadaptada, insegura; de sentimientos contradictorios y vulnerables y sobre todo de imaginación peligrosa. Viejo es un personaje poliédrico, enigmático y sorprendente; impera la cautela y la distancia; una malicia inexistente que habla como un niño que nunca miente. Cómplices en la construcción de un escenario distinto donde representar escenas nuevas, fuera de los convencionalismos sociales. Y lo hacen con nombres recién estrenados.
 
Una vez más, la autora consigue presentar la realidad desde un ángulo nuevo y sorprendente. Un libro como éste es un canto a la fragilidad humana.

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