Ilustración autor desconocido.
Te
crees muy macho y no eres más que un ruin mamarracho,
con
esas pintas de macarra barato, con ese porte de fantoche acabado, trasnochado.
Cómo
te atreves a levantar la mano a las mujeres, ser más miserable no se puede,
la
cobardía es eso que tú tienes, ¡cobarde!
Quiero
que sepan de ti en un infierno,
en
uno de fuegos eternos,
que
puedan quemar tus palabras, tus gestos, tus voces, quemar los recuerdos.
Con
ellos se queman los celos, las noches en vela y los miedos, las mil sinrazones
que hicieron que fuera mi vida
contigo
ese infierno.
Te
vi saliendo aquella noche de tu casa corriendo, al día siguiente, como siempre,
mintiendo; con una venda que
cubría
tu mano y jurabas en vano.
Tu
día a día no es más que dura y triste hipocresía,
la
mala fama es tu biografía,
la
de un tarado que presume de malo,
que
habla con palos.
Quiero
que sepan de ti en los infiernos,
en
uno de fuegos eternos,
que
puedan quemar tus palabras, tus gestos, tus voces, quemar los recuerdos.
Con
ellos se queman los celos, las noches en vela y los miedos, las mil sinrazones
que hicieron que fuera mi vida
contigo
ese infierno.
Solo
quisiera que aquella niña olvidara y volviera, que sin dolores amara y creyera,
que los amores regresan a
ella
y sin rencores.
Quiero
que sepan de ti en los infiernos,
en
uno de fuegos eternos,
que
puedan quemar tus palabras, tus gestos, tus voces, quemar los recuerdos.
Con
ellos se queman los celos, las noches en vela y los miedos, las mil sinrazones
que hicieron que fuera mi vida
contigo ese infierno.
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