Ojalá
ahora que ya no puedes verme,
sea
cuando más guapa me imagines.
Ojalá
me imagines.
Ojalá
me busques en otras bocas;
que
busques y busques y me encuentres en todas.
Ojalá
te despiertes sobresaltado y acompañado
y
que tristemente te des cuenta de que no soy yo,
que
no volveré a ser yo,
que
entiendas que no puedes encontrar a tu lado
a
quien has empujado al olvido.
Quiero
que experimentes el amargor
de
una despedida
cuando
no se dice adiós,
pero
se siente.
Quiero
que me eches de menos con resaca;
resaca
del alcohol que bebas,
y
del que te eches en las heridas para sentirme
de
alguna manera.
Ojalá
sientas despedirte de mí en todos y cada uno
de
los besos que no vas a volver a darme.
Ojalá
me alcancen las horas y logre olvidarte,
y
asuma que el olvido es una ecuación en la cual
“tiempo”
y “espacio” bailan
para que “nosotros” deje
de ser el resultado.
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