-María Fernanda Trebol-
La
niebla está cerca,
siempre
está cerca.
Pero
anoche
fue
una posibilidad,
un
breve temblor
en
la luz del faro.
Entonces
pensé
en que nunca sabemos del todo
cuándo
es que las cosas serán
las
últimas cosas.
Y
digo “cosas” por decir de algún modo
aquello
que es apenas nombrable:
El
calor de la mejilla redonda,
el
perfume reposado del café
en
la primera hora de la tarde;
la
voz detrás de la puerta,
la
luz del otoño a través de las cortinas,
el
tacto del amor.
Nunca
sabemos del todo
cuál
será el verso
anterior
a la noche.
Personalmente,
quizás
quiera alguno
con
palabras aún impronunciadas:
duermeluna,
marísmena o pludario.
Las
cosas serán,
un
día,
últimas
cosas.
Nunca
sabremos cuándo.
nunca del todo.
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