miércoles, 17 de febrero de 2016

LOS ÁNGELES MUEREN POR NUESTRAS HERIDAS. Yasmina Khadra.


Hace algunos años descubrí a Yasmina Khadra con “Lo que el día debe a la noche”, pensé que no debía perder la pista de este autor argelino que utiliza como seudónimo el nombre de una mujer para publicar sus novelas. De nuevo he vuelto a tener el placer de leer su obra de la mano de “Los Ángeles mueren por nuestras heridas”, un título que dice mucho pero que no anuncia nada.


SINOPSIS: En la Argelia de entreguerras, el pueblo del joven Turambo desaparece sin dejar rastro tras un corrimiento de tierra. Su familia pierde todo lo que tenía, pero Turambo es un chico muy especial. No está dispuesto a dejarse llevar por la miseria y, mucho menos, a abandonar sus sueños. Un día alguien le dice que lo difícil no es forzosamente imposible, que lo único que hay que hacer para alcanzar la luna es ponerse en marcha, y así Turambo emprende una apasionante aventura hacia lo que siempre ha deseado: una vida nueva en la ciudad «,europea», de Orán. Al llegar allí sin saber muy bien cómo, una pelea callejera lo inicia en el mundo del boxeo, con la promesa de convertirse en una estrella mundial. Y aunque Turambo consigue gloria y dinero, ningún trofeo hace estremecer su alma como la mirada de una mujer. De Nora a Louise, de Aída a Irene, busca el sentido a su vida en un mundo en el que la ambición y el poder son los reyes absolutos, y no queda espacio para el amor. Éste será el principio de una vida marcada por la culpa, en la que perderá muchas de las cosas que antes creía importantes, pero descubrirá el valor de la amistad y el perdón, además de vivir una gran historia de amor.
Khadra evoca no solo la anquilosada sociedad argelina de los años veinte y treinta, sino también la añoranza personal de una inocencia perdida, sometida a las circunstancias. Y es que la vida parece estar sujeta a unos oscuros designios que siempre afectan a los más desfavorecidos, que no auxilian a los que verdaderamente aman, y que en ocasiones castigan injustamente a los más inocentes. Esta es la historia de un hombre, que tenaz en sus ideales y en su búsqueda del amor, luchó por hacerse con el control de su propio destino… Algo que se presentaba como una batalla ciertamente difícil.
Con una potente voz narradora Yasmina Khadra se pone en la piel de su protagonista para contar la experiencia vital de un hombre que, surgiendo de la nada, pudo llegar a convertirse en uno de los mejores boxeadores argelinos del periodo de entreguerras. “Los ángeles mueren por nuestras heridas” se convierte en un viaje iniciático, de superación y de amor, un recorrido plagado de encuentros y luchas que se desarrolla en el escenario agitado de una Argelia abrumada por la persistente ocupación francesa. 


Estamos ante una novela narrada con la calma y sosiego que caracterizan el estilo del autor, un estilo con fuerza que no deja al lector indiferente. El escritor sigue además la senda de las narraciones clásicas: el libro, por eso mismo, es un gran mosaico de vidas, de personajes, pergeñados y dibujados con gran maestría.
Khadra vuelve a escribir una joya con su prosa logrando estremecer a cualquier lector desde el inicio de las páginas. Frases que en unas pocas palabras evocan mil sentimientos, que retratan miradas que traspasan el papel poniéndote los vellos de punta, que permiten que oigas el griterío de los vendedores al pregón que abarrotan la plaza del pueblo o que sientas el sol abrasador caer sobre la tierra baldía. Eso sólo lo pueden hacer los grandes escritores y me tengo que rendir ante el buen hacer de Khadra, que ha resumido en un libro todo un período histórico de su país. Dado voz a los excluidos en un choque entre diferentes religiones, culturas y mentalidades.

Con un argumento tejido con una prosa de excelente calidad y luminosa plasticidad literaria. Considero oportuno,  la narración en primera persona, desde el punto de vista del protagonista que, en mi opinión, no le resta verosimilitud a la novela. Ya que estamos ante una poderosa y contundente novela. Una de esas novelas con aroma de artesanía, ese que sólo se consigue por medio de una narrativa transparente, sincera, verdadera, impecable. Puede que esa sea la palabra que mejor define la última novela de Yasmina Khadra: impecable.

Un libro que nos hace reflexionar sobre las decisiones que tomamos en la vida, sobre la gente que dejamos en el camino, sobre la dificultad para salir del agujero negro de la pobreza y la marginación o sobre la crueldad de cualquier forma de sometimiento.
En resumen, una excelente novela recomendable para aquellos lectores que todavía andan a la caza de grandes historias.
 

2 comentarios:

  1. Buenisima reseña, me hace pensar en que aún me queda mucho por aprender, asi es que voy a seguirte para ir aprendiendo. Yo también me he hecho un blog para comentar los libros que voy leyendo y tenerlas bien organizadas. Saludos.

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  2. El libro, por supuesto queda apuntado. Gracias por la aportación.

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