Tras
la novela anterior de Isabel Allende “Eljuego de Ripper”, una novela entretenida sin más, tenía un cierto miedo de
que la autora hubiese comenzado un declive. Pero tras leer su novela, creo que
aún tiene cuerda para rato, porque con “El
amante japonés” vuelve a estar a la altura de sus mejores novelas.
Su libro es una novela
que explora las cicatrices que las guerras dejan en las personas, las familias
y las culturas. Una historia ambiciosa de la escritora de referencia en lengua
castellana.
SINOPSIS: La historia de
amor entre la joven Alma Velasco y el jardinero japonés Ichimei conduce al
lector por un recorrido a través de diversos escenarios que van desde la
Polonia de la Segunda Guerra Mundial hasta el San Francisco de nuestros días.
A
los veintidós años, sospechando que tenían el tiempo contado, Ichimei y Alma se
atragantaron de amor para consumirlo entero, pero mientras más intentaban
agotarlo, más imprudente era el deseo, y quien diga que todo fuego se apaga
solo tarde o temprano, se equivoca: hay pasiones que son incendios hasta que
las ahoga el destino de un zarpazo y aun así quedan brasas calientes listas
para arder apenas se les da oxígeno.
Sin
tratarse de una novela histórica, podemos encontrar en “El amante japonés” algunos hechos relevantes de la historia del
Siglo XX. Concretamente, los campos de concentración en los que fueron
confinados los japoneses en E.E.UU. Un hecho que la literatura y el cine apenas
han tocado y que le dan a esta novela aún mayor interés.
Por
consiguiente, a partir de aquí, la autora nos va narrando su historia a través
de distintas épocas y lugares, deslizándose sin hacer ruido por algunos temas
escabrosos como: los campos de concentración japonés, la pornografía infantil,
la droga, la homosexualidad, el sida. Temas que generaron una gran
estigmatización y división en la sociedad. En general, los aspectos sobre los
que reflexiona son el desarraigo, la intolerancia, los problemas económicos;
unas circunstancias históricas incontrolables de mucha gente vivieron en
aquella época.
La
novela se estructura en dos historias paralelas, una se desarrolla en el
presente y otra en el pasado, ambos tienen un nexo en común: Alma –la protagonista-.
El
hilo conductor es una historia de amor imperfecta, que se prolonga a lo largo
del tiempo sufriendo altibajos pero también conservando su esencia. Esto quiere
demostrar que cuando algo es real, no hay nada capaz de destruirlo.
Sin
embargo, también habla de la amistad y las relaciones humanas. De los miedos y
fantasmas personales, de la sociedad en la vejez y el procedimiento para rehuir
y aceptar la muerte.
Porque
indudablemente el tema central del libro es la vejez.
Isabel
Allende consigue con esta novela profundas reflexiones y sentimientos de los
más intensos. Con un estilo de narración sencillo, ágil y cómodo, del que el lector
forma parte desde el primer capítulo. Sus lectores ya conocen su habilidad para
una prosa cuidada y elegante, pausada y equilibrada. Apasionadamente viva que
nos guía a través de páginas en la que se profundiza en el ser humano, como lo
hace a través de la nitidez de sus personajes. Sin aspavientos y proezas.
Hace
reflexionar sobre la bondad, el egoísmo, la generosidad, la vejez, la
enfermedad, los traumas, las guerras, los convencionalismos sociales, la
intolerancia, el racismo…
Una
historia vibrante, llena de aventuras y desventuras contadas a pinceladas, pero
que no resultan ser pinceladas odiosas, de esas que parece que la historia
estuviera mal distribuida o cortada, sino de esas pinceladas que te dan en la
justa medida lo que puede y necesitas saber en ese momento, lo cual contribuye
a mantener el suspenso, el interés y la desesperación por seguir leyendo y
querer conocer su desenlace.
Ya
que, Isabel Allende, destila su indudable capacidad para seducir al lector y
despertarle un interés por el destino de sus personajes. En particular, una
historia de la que me ha complacido formar parte y una lectura que recomiendo
con toda intensidad. Una novela entretenida y emocionante.
Como
en la mayoría de la novelas escritas por la autora “El amante japonés” no iba a ser menos, es una composición de
novela coral. Y es, en este caso, que construye y completa toda una serie de
personajes que van desde los principales, Alma e Irina; hasta los secundarios:
Nathaniel –el esposo de Alma-, Señor Fokuda e Isaac Belasco, el padre de
Nathaniel, Seth –el nieto de Alma- y tantos otros personajes que desfilarán a
lo largo de las páginas de la novela. Puesto que, ser personaje principal o
secundario es un auténtico lujo en una novela de Isabel Allende, porque gracias
a su pluma conoceremos su historia y su personalidad.
No
nos vamos a encontrar con un mundo de limitaciones, sino que vamos a encontrar una
gran diversidad de personajes que tienen mucho para dar y que no se ven
limitados, como cree la sociedad por su edad.
Los
personajes están definidos, personalidades muy bien trabajadas y perfiladas. De
igual modo, los desarrolla con unas características muy humanas que irradian
fuerza y cada uno de ellos conlleva una gran carga emocional que se clava en el
alma del lector.
El
lector se encontrará con unos personajes, tanto principales como secundarios,
que tienen un gran peso en la novela que hacen mover la historia. De donde
resulta que evolucionan, cambian y se transforman
Isabel
Allende vuelve a sus orígenes. Y no me refiero, a las historias de su país o de
su familia, sino a la maestría literaria de la que hace gala siempre que se
dispone a narrar una trama intensa, de grande pasiones y emociones. Una
historia de amor inmortal que traspasa barreras y generaciones. “El amante japonés” es la prueba fehaciente
de que la escritora chilena no sólo no ha perdido la destreza, sino que sabe
reinventarse una vez más para aportar nuevos ingredientes es sus novelas.
“El amante japonés” es una emotiva
y cautivadora novela sobre el amor y la guerra, una historia forjada a través
de los años, la experiencia y la convivencia. Un relato cuyo resultado es una
lectura sobresaliente y que busca llegar al corazón del lector… y lo consigue.
No
la dejen pasar.
Me gustaba mucho Isabel Allende pero tras El cuaderno de maya dejé de leerla, pues me pareció una novela demasiado melodramática que buscaba la lágrima fácil. Siempre pensé que si volvía a leer algo de Allende sería sus primera novelas, pero esta me llama mucho la atención y después de leer tu reseña creo que definitivamente tengo que leerla. Un saludo!
ResponderEliminarHolaaa
ResponderEliminarNo se si termina de llamarme la atención, debo decir que me da un poco de miedo, aunque si que estoy dispuesta a darle una oportunidad será más adelante
Gracias por tu reseña y me alegra que lo disfrutaras
Un besazo!
Hola Naya.
EliminarTodo es cuestión de encontrar el momento oportuno para empezar un libro y disfrutar de él. No hay prisa, el libro siempre te está esperando para ser leido.
Un beso!!!
Hola templat, pues la verdad es que no pensaba leer este libro, pero intentare darle una oportunidad, aunque intente leer "Más allá del invierno" y no pude, me moria de aburrimiento, pero no voy a crucificarla por eso, lo intentare con este, no se cuando, pero lo intentaré. Besets.
ResponderEliminarHola Mª Carmen.
EliminarA ha veces también me ha pasado con otros autores. Como bien dices, no hay que crucificarla, ni dejarla de lado. Ya encontraras el momento para disfrutar de esta o de futuras lecturas de la escritora.