Hoy
mi madre no me quiso.
La
he rondado horas enteras
vestido
de capitán, de mago,
de
marinero, pero nada,
no
me quiso ni me ha pegado siquiera.
Salgo
a morir al baldío
volteando
todas las puertas.
Arde
el sol en el silencio
amarillo
de la siesta.
Ni
gatos ni vigilantes.
Sólo
la calle desierta.
¿Cómo
me voy a morir
sin
que mi madre me vea?
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