Nosotros
esperamos
envueltos
por las hojas doradas.
El
mundo no acaba en el atardecer,
y
solamente los sueños
tienen
su límite en las cosas.
El
tiempo nos conduce
por
su laberinto de hojas en blanco
mientras
cae el otoño
al
patio de nuestra casa.
Envueltos
por la niebla incesante
seguimos
esperando:
La
nostalgia es vivir sin recordar
de
qué palabra fuimos inventados.
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