Yo no soy mi cuerpo.
M es extranjero, enemigo.
Aún pero es el alma,
y ni en ella me reconozco.
Observo desde lejos
las torpes acrobacias de esta pareja,
con frialdad, ironía –
con nauseas, a veces.
Y mientras pienso que su ausencia
sería más ventajosa que el dolor,
eso y algo más… Pero mientras pienso,
¿quién y dónde soy?
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