Con
el estiércol que arrojan a mi patio
abono
yo mis rosas.
Aéreas
en sus tallos, de la luz se alimentan
aunque
lleven la muerte dormida en sus corolas.
Y
su belleza, inútil como toda la belleza,
sus
espinas inocuas, hacen cerco
al
corazón, guerrean
con
la bestia que acecha en la tiniebla.
Poema del libro: "Tretas del débil."
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