He
intentado
llorar
tus
lágrimas
para
ti
Pero
tus ojos
se
han secado
Sal
y arena
como
si mi llorar
te
hubiera hecho un desierto.
¿Qué
ha quedado?
Mi
ira
la
he expulsado
Mi
venganza
ya
no la reconozco
tampoco
cuando ella viene hacia mí
por
la calle
Mis
esperanzas
no
las quise dejar
pero
se han largado secretamente
más
suave que yo te
pude
acariciar alguna vez.
Sólo
la angustia
se
queda conmigo.
Me gusto el poema y la ilustración lo refleja muy bien.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios. Me complace que te gusten los poemas.
EliminarUn saludo navideño